Se gana la vida recolectando botes, plásticos, cartones, entre otros

CULIACÁN. Recolector de material reciclable invidente, busca ser tomado en cuenta para ingresar al padrón de beneficiarios de los programas del Bienestar, en dos ocasiones se ha registrado ante los servidores de la nación en el presente gobierno de López Obrador, y aún no recibe el beneficio lamentó Gustavo Adolfo Nava Parra de 42 años de edad.

Quien diariamente de sol a sol, sale de una vivienda donde paga 800 pesos mensuales por cuarto de renta, jalando un carrito metálico de supermercado, con dos ruedas traseras de carretilla, pero las llantas delanteras son las originales, lo cual le dificulta su trayecto para jalarlo por calles de terracería y empedrado, con un palo que le sirve de bastón guía por delante, para revisar su camino, además alerta a los sonidos y las voces, tratando de localizar todo tipo de metal y cartón que pueda vender para subsistir.

“junto cartón, bote, plástico, y lo acumuló, el cartón y plástico lo acumulo ya que junto voy y lo vendo dos cuadras antes de llegar a la costera, en veces me da raite un camarada o en veces tengo que irme yo”.

Con domicilio provisional en la colonia Rafael Buelna por la calle Canario casi esquina con la avenida 21 de marzo, de acuerdo a las referencias que proporcionó, sale desde temprano para buscar el sustento, donde algunas personas generosamente le proporcionan alguna lavadora descompuesta o le junta botes de aluminio en su andar por las calles de las colonias 21 de marzo, Zapata, Sinaloa entre otras del sector sur.

Nava Parra, abordado una tarde con su camisa toda sucia, bañado de sudor por el gran esfuerzo de jalar su carro, reveló que su enfermedad congénita en los ojos, poco a poco fue perdiendo la vista desde niño, quien fue criado por su abuela al ser abandonado por su madre cuando tenía 3 años de edad, quien desde entonces no sabe de su paradero, y huérfano de padre desde hace 17 años.

“Mi apá falleció hace 17 años, mi mamá vive, pero hace mucho no la veo porque me abandonó cuando tenía tres años”.

¿Quién te crió?

“La mamá de mi papá”.

Con tono entrecortado, dijo que desde pequeño empezó a perder la vista, pero solo lo llevaron con un oculista para adaptar lentes, pero nunca con un oftalmólogo para que le dieran un tratamiento a su enfermedad, esto debido a que no tenían recursos económicos.

Detalló que vive solo, y tiene una hermana en Estados Unidos que en ocasiones le envía alguna remesa para ayudarle con el pago de la renta y alimentación, mientras sigue esperando que le den curso a su trámite para ingresar algún programa social del Bienestar.