MÉXICO

Militares custodian los funerales de los LeBarón

Este jueves, en el rancho La Mora, se dio último adiós a Dawna Ray Langford, de 43 años, y sus hijos Trevor Harvey y Rogan Jay, de 11 y 2 años. Militares y policías federales y locales se volcaron a esta comunidad mormona para evitar una nueva agresión

Bavispe, Sonora.- Los funerales de las víctimas de la emboscada del lunes iniciaron este jueves, en Bavispe, Sonora, ante unas mil personas la mayoría de ellas con el dolor aún a flor de piel.

Incluso un niño, al hablar para despedir a sus seres queridos, tras una emotiva ceremonia religiosa, se dobló en llanto ante uno de los féretros de madera, que él mismo ayudó a construir; incluso colaboró en la preparación de la fosa.

En los servicios religiosos de este jueves, en el rancho La Mora, se dio último adiós a Dawna Ray Langford, de 43 años, y sus hijos Trevor Harvey y Rogan Jay, de 11 y 2 años.

Hombres con palas y un muchacho ayudaron a preparar el terreno en un pequeño cementerio en la comunidad ubicada a unos 110 kilómetros de Arizona, donde se pueden ver de forma alternada casas con estilo estadounidense, establos y huertos. La gente talló a mano los ataúdes de pino.

En una sola tumba reposan los restos de esa mujer y sus dos hijos, igual que como fallecieron, cuando atacantes ametrallaron su camioneta SUV mientras transitaban por un camino de terracería que los llevaba a la colonia LeBarón, en el estado vecino de Chihuahua desde La Mora, municipio de Bavispe, Sonora, donde viven unas 300 personas.

Muchos de los residentes de esa comunidad tienen doble nacionalidad (Estados Unidos y México) y se consideran mormones, aunque no están afiliados a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

A la ceremonia de ayer acudió la gobernadora Clauida Pavlovich, así como familiares de las víctimas que habitan aquella comunidad mormona y otros que llegaron de ciudades de Estados Unidos, como Arizona, Utah, Dakota del Norte y Alaska.

Militares y policías federales y locales se volcaron a esta comunidad mormona para evitar una nueva agresión. Vehículos del Ejército pasaron con regularidad por el único camino pavimentado en La Mora, ofreciendo la seguridad que faltó este lunes, el día de los asesinatos.

Decenas de camionetas, muchas de ellas con matrículas de Estados Unidos de lugares tan lejanos como Dakota del Norte, han llegado a La Mora por el mismo camino de terracería donde ocurrió la emboscada. El trayecto cruza el desierto, áridas praderas y montañas cubiertas de pinos.

Al término de la inhumación una caravana de al menos 80 vehículos tomó carretera para ir a la colonia LeBarón, en Galeana, Chihuahua, donde hoy sepultarán el resto de las víctimas. Tuvieron que pasar por el lugar de la tragedia donde se realizaban peritajes.

Este viernes serán sepultados en Galeana, Chihuahua, Christina Marie Langford, madre de la bebé que resultó ilesa, así como Rhonita María Miller y sus hijos Howard, de 12 años, Krystal, de 10, y los gemelos Titus y Tiana, de 8 meses.

Los preparativos para despedir a las tres mujeres y seis niños acribillados por narcotraficantes en un camino de terracería, iniciaron el miércoles con la construcción de los féretros por parte del hermano de una de las víctimas.

Se calcula que unos mil visitantes pernoctaron en la localidad antes de los entierros del jueves, ocupando los pisos de las casi 30 viviendas o en tiendas de campaña que ellos mismos llevaban. Al menos una vaca fue sacrificada para ayudar a alimentar a la gente, además de a las docenas de soldados mexicanos que custodian la entrada a La Mora.

Steven Langford, que fue alcalde de la aldea de 2015 a 2018, espera que los asesinatos tengan un “importante” impacto en la comunidad. En su día no pensaba en moverse por la zona en el medio de la noche, pero en los 10 o 15 últimos años la situación “empeoró y empeoró y empeoró”. Teme que alrededor de la mitad de los residentes puedan marcharse.

«Esto fue una masacre, 100 por ciento una masacre», señaló Langford, que perdió a una hermana, Christina Langford, en la emboscada. «No sé cómo entra en la conciencia de nadie hacer algo tan horrible”.

El homicidio ocurrió la mañana del 4 de noviembre, cuando las mujeres a bordo de tres camionetas de lujo y acompañadas de sus respectivos hijos, viajaban por una brecha desde La Morita, en el municipio de Bavispe, Sonora, a Galeana.

Cuando los pistoleros abrieron fuego contra el grupo, el Ejército, la Guardia Nacional y la policía del estado de Sonora no estaban allí para protegerlos. Tardaron alrededor de ocho horas en llegar.

Para muchos, la tragedia parece demostrar una vez más que el Gobierno ha perdido el control de vastas zonas de México ante los narcotraficantes.

Con información de LA POSTA

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