Cuando delegamos estamos pasando parte de la responsabilidad de nuestras actividades y nuestros resultados, los cuales dependen a partir de ese momento de otra persona, por lo que debemos asegurarnos de que tenga la visión, habilidades y conocimientos adecuados para la correcta ejecución de la encomienda.
Algunos puntos importantes son:
- Trabajar en la autoestima del colaborador para que se sienta capaz de realizar la tarea con los conocimientos ya adquiridos.
- Incentivar a la generación de ideas factibles para la solución de problemas o la mejora de procesos ya implementados.
- Guiar en el autoaprendizaje.
- Promover el trabajo en equipo con un enfoque ganar – ganar.
Además de lo anterior, el proceso de delegación incluye una evaluación en diferentes puntos de la ejecución de dicha actividad. En este punto hay que retroalimentar al colaborador, cuando la evaluación arroja resultados satisfactorios es fácil felicitar al colaborador, sin embargo, cuando no lo son, se debe realizar una retroalimentación efectiva, oportuna y sobre todo dejarle claro cuáles son los puntos sobre los cuales hay que mejorar para tener resultados diferentes enfocados al logro, al objetivo de la actividad delegada.
Retroalimentar de manera positiva abarca temas de liderazgo, que van desde tener influencia, para lograr persuadir al colaborador a que cumpla su cometido sin desviarse, apoyándolo en identificar sus áreas de oportunidad.
Al retroalimentar debemos considerar:
- Tener humildad, la humildad es una virtud en cualquiera de los puestos en los que estemos.
- Saber escuchar, visualizar, y preguntar, las preguntas guían al motivo y al compromiso.
- Recordar el lema de que no hay preguntas tontas.
- Identificar la resistencia al cambio, el miedo a salir del área de confort, detectar los motivos personales que pudiera tener el colaborador que le impiden llegar al objetivo.
- Separar lo emocional al retroalimentar, evitar tomarnos las cosas personales, dado que si hacemos eso perdemos el enfoque.
- Resumir los puntos, evitar el divagar, ser concretos.
- Acordar compromisos, sin compromiso no hay acción y sin acción no hay resultados.
La retroalimentación es un acompañamiento en el proceso de delegación que estás realizando con el colaborador, quien confía en ti y en tu experiencia y madurez, el retroalimentado debe encontrar por sí mismo sus límites y sus compromisos, lo cual incrementará su potencial y experiencia.
Delegar es un ganar – ganar.
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