Keith Thurman busca acabar con la larga carrera de Manny Pacquiao
Keith Thurman es un duro y voluble monarca welter en el auge de su carrera. Y la pelea ante Pacquiao se avizora como la más importante de su vida
Las Vegas, Estados Unidos.- Keith Thurman luce sin duda como un boxeador que debería vencer al Manny Pacquiao de la actualidad.
El estadounidense es una década más joven, cuenta con mayor pegada y quizás es incluso un poco más rápido que su rival, afamado por el ritmo vertiginoso con el que propinaba puñetazos en sus mejores días.
Thurman (29-0 con 22 nocauts) es un duro y voluble monarca welter en el auge de su carrera. Y la pelea ante Pacquiao se avizora como la más importante de su vida.
Representa la oportunidad de mandar al retiro a una leyenda del boxeo.
“Toda mi carrera ha tenido un proceso y una evolución hacia este momento que llegará el sábado por la noche”, recalcó Thurman. “Es en realidad el resultado de un individuo que cumple su sueño”.
Entonces, ¿por qué Pacquiao y su entrenador Freddie Roach lucen tan confiados de cara al pleito de este sábado en el MGM Grand Garden? ¿Y por qué el veterano púgil filipino es ligeramente favorito en las apuestas ante uno de los mejores exponentes dentro de la categoría de las 147 libras?
Pacquiao (61-7-2 con 39 nocauts) ha sido campeón en ocho divisiones diferentes. Ha trabajado durante 18 años con Roach, y ambos consideran que Thurman es apenas un reto más a superar mediante el trabajo duro, la planificación inteligente y la ventaja psicológica que aporta la experiencia.
Thurman luce desafiante en el papel, pero Pacquiao y Roach son virtuosos a la hora que llega la cita sobre el cuadrilátero.
Cada contrincante posee una versión del título de los welter por la Asociación Mundial de Boxeo (AMB). Al final de la contienda, debe haber un solo campeón por ese organismo.
Aún sin perder su cortesía habitual, Roach dijo que Thurman tiene más preguntas que responder en comparación con Pacquiao, quien llega al combate tras obtener victorias consecutivas, sobre Lucas Matthyse y Adrien Broner.
Con información de El Debate