Militares dispararon en medio del tráfico de un saturado bulevar Universitarios
Lo que parecía un recorrido de rutina se convirtió en un infierno para los culichis
CULIACÁN._ Parecía un recorrido más de militares al que ya están acostumbrados los culiacanenses, pero ese jueves pasó lo que nadie esperaba. Por el bulevar Universitarios circulaban en varias camionetas, pero los elementos traían un uniforme poco conocido, en camuflaje gris claro.
Nadie se imaginaba lo que pasaría segundos después ya que en el semáforo a la altura del City Club, repentinamente los elementos castrenses empezaron a agitar sus manos, apuntaron y en fracción de segundos dispararon sus armas hacia el bulevar Sánchez Alonso, en uno de los cruceros más transitados, a las 3 de la tarde, en una hora pico para el tránsito, ante la mirada sorprendida de quienes esperaban la luz verde del semáforo.
Los disparos de los militares no eran al aire y no se habían escuchado detonaciones antes de ese momento. El desconcierto y el terror se adueñó de la gente porque lejos de terminar, la balacera creció y se extendió. Muchos a pie o en sus autos fueron despavoridos a buscar refugio a las tiendas de autoservicio, a la Facultad de Medicina y algunos hasta treparon a camiones que iban pasando con tal de salir del lugar para salvar su vida y la de sus hijos.
En la Facultad de Medicina hubo estudiantes que no se enteraron de la suspensión de clases o se les habían programado exámenes y se quedaron horas encerrados en los salones. También hubo gente que se refugió ahí, que permanecieron agazapados en el suelo con las luces apagadas y solo mirándose unos a otros, porque la balacera parecía no tener fin por más de tres horas. Médicos y trabajadores de la Facultad ayudaban en lo que podían, checaban la presión y hasta repartían té para los nervios.
Varias veces algunos intentaron salir, pero regresaban corriendo porque seguía la balacera y las calles estaban bloqueadas por militares o por vehículos atravesados y sujetos armados.