La única forma de agradecer es terminar la carrera: jóvenes de la Casa del Estudiante
Estudiar una carrera profesional no siempre es fácil y para algunos, puede significar separarse de su familia, cuando cerca de su casa no existen universidades o las opciones profesionales que buscan.
Francisco Javier Meza Castañeda estudia tercer año de Biomedicina. Es de una comunidad llamada Pueblo Nuevo del municipio de Culiacán y desde que entró a la universidad vive en una Casa del Estudiante de la UAS, donde recibe alimentación y hospedaje.
A veces se tiene que ajustar el cinturón porque no le alcanza lo que le manda su familia para los gastos en material escolar y transporte, pero piensa que el sacrificio vale la pena.
“Básicamente si se sufre porque estar lejos de la familia toda una semana o a veces hasta meses, si se sufre, pero uno piensa en ellos y ellos son los que nos apoyan a uno y saben que es para uno y uno con más razón le tiene que echar ganas al estudio”.
Si tu hijo está pensando en estudiar fuera, lo mejor que puedes hacer es ir “entrenándolo” con tiempo y pedirle que ayude con las tareas de casa, como cocinar, hacer la limpieza y lavar la ropa, además de que se enseñe a administrar su dinero.
“Cuando siento que ando bajito de feria, pues intento limitarme a comprar cosas, y como la casa es la que nos mantiene, pues yo intento nomás gastar lo que son los camiones y aguantarme algunas comidas y vengo y como en la casa”.
El estudiante de Contabilidad, Martín Sánchez López, también vive en una Casa del Estudiante y dice que las reglas son muy estrictas y el que no las cumple, pierde su derecho a vivir en ella.
Y es que si tus hijos no están acostumbrados a cumplir con este tipo de tareas y no son lo suficientemente responsables, va a ser muy difícil que se adapten a estar lejos de casa y en cualquier momento podrían “tirar la toalla” en la universidad.
“Lo que pasa es que hay muchas reglas y si no cumples con las reglas te corren, por ejemplo sanciones, por ejemplo uno tiene en la semana hacer el aseo, son cuatro en toda la casa, te toca a ti en el baño, a mi los patios, a ti en el comedor, nos dividimos así”.
Tanto Francisco como Martín, dicen que estudiar lejos de su casa es difícil porque extrañan a sus papás y hermanos, y por supuesto la comida, pero los dos están ilusionados en convertirse en profesionistas y ayudar a sus familias.
“La única forma de agradecer es terminar la carrera y trabajar y pues es la única forma en que les puedo agradecer y después echarles la mano, y ya trabajando ayudarles con algo”.
De acuerdo a especialistas, cuando los hijos deciden irse de casa para estudiar, debemos darles confianza en que sabrán organizarse y responder a los retos que se les presenten, hay que transmitirles seguridad de que les irá muy bien en su nueva etapa y no ser “aves de mal agüero” pronosticando problemas o peligros y que nuestro estudiante se comprometa a seguir las normas, sabiendo de que su objetivo es estudiar.