Usar mis recursos en tiempos de crisis
Las crisis son condiciones atípicas, retadoras, que nos confrontan y que alteran nuestra cotidianeidad, nuestro ritmo y estilo de vida.
Estas condiciones pueden ser externas o ajenas a nuestro control como el COVID-19, terremotos, huracanes, inundaciones, condiciones económicas generalizadas, guerras, etc. Ninguna de estas condiciones es provocada por nosotros y no pueden ser controladas en lo individual.
Se presentan también por condiciones internas o personales como pérdidas materiales, rupturas emocionales con parejas, familiares o amigos, enfermedades o cirugías, cambios de ciudad o de trabajo, nuevos proyectos, etc. Aunque en algunos casos, las circunstancias no dependen directamente de nosotros, si tenemos algún tipo de participación directa y desde luego mayor posibilidad de controlarlas.
Cada uno de nosotros tenemos diferentes formas de afrontar una crisis y estas formas son tantas y tan diversas como diversos somos cada uno de nosotros. Habrá quienes seamos solo observadores de la situación o seamos promotores del cambio; nos sintamos víctimas del destino o asumamos la responsabilidad de lo que nos toca; nos deprimimos o nos llenamos de energía positiva; nos paralizamos ante el miedo o tomamos al toro por los cuernos; buscamos distraernos del problema o reconocemos el problema y sus formas de manifestación.
Cada uno de nosotros nos ubicamos hacia uno u otro lado de la balanza a partir de nuestras experiencias de vida, de acuerdo a como hemos aprendido a responder a las crisis, ya sea por imitación en nuestras primeras etapas de la vida o como resultado del ensayo y error. Ninguno de los dos polos es bueno ni malo, lo importante es podernos dar cuenta cómo funcionamos en las diferentes situaciones.
Como podemos observar, las crisis nos ubican ante un reto (emocional, económico, de salud, cognitivo, etc) y eso nos permite sacar lo mejor o lo peor de nosotros. La crisis en si misma no es mala, lo dañino está en el posicionamiento que asumimos ante ella.
Visto desde el desarrollo humano, la crisis de empuja a salirte de tu zona de confort para que encuentres una forma de adaptarte a la nueva realidad. Esto implicará el uso de todo que eres, lo que sabes y lo que tienes a tu alcance, pero con una dosis de creatividad, para adaptarte a una nueva realidad. Si la vida cambia, evoluciona, nosotros no podemos pretender ser los mismos siempre, necesitamos cambiar y evolucionar a la par de las situaciones que se nos presentan.
La especie humana tiene una gran capacidad de adaptación y esto ha sido posible haciendo uso de sus recursos, entendidos como todo aquello que nos ayuda o nos sirve para mantener una cierta normalidad en nuestra vida y que son movilizados de manera intencionada por nosotros para responder en los momentos cruciales.
Nuestros recursos se identifican como cualidades y algunos ejemplos pueden ser: alegre, espiritual, bondadoso, flexible, paciente, persistente, creativo, con liderazgo, propositivo, etc., los podemos identificar porque forman parte de lo que llamamos personalidad. Sin embargo, hay ocasiones en que necesitamos de recursos extraordinarios para resolver situaciones igualmente extraordinarias. La pregunta es entonces ¿cuáles de mis recursos podría utilizar para afrontar la situación actual de una manera sana? ¿y qué recursos extraordinarios necesitaría incorporar?
Hacer un listado de los propios recursos podría ser un buen inicio, después movilizarlos e ir en la búsqueda de algunos otros que nos ayuden a superar las batallas que cada uno estamos viviendo, cada quien, a su estilo y a su ritmo, recordando que en las crisis como en la vida… Diversidad Somos Todos.