Trabajadores de la UAS interrumpen sesión sobre reforma universitaria
La primera lectura fue dispensada.
Josemiguel Souza | ADN Informativo
Culiacán, Sinaloa. – La sesión del Congreso del Estado de Sinaloa se vio abruptamente interrumpida este jueves por la tarde cuando trabajadores de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) irrumpieron en el recinto para manifestar su rechazo al dictamen que propone reformar la Ley Orgánica de la institución educativa.
Apenas iniciada la lectura del controvertido dictamen, el segundo punto en la agenda del día, un manifestante gritó «¡Viva la UAS!», desencadenando una serie de protestas que obligaron a elevar el volumen de las bocinas para que la diputada encargada de la lectura pudiera continuar su labor en medio del tumulto.
La tensión escaló rápidamente cuando dos trabajadores universitarios saltaron desde las gradas superiores, acercándose de manera amenazante a la valla que separa a los legisladores del público. La intervención de los guardias de seguridad evitó que la situación derivara en agresiones físicas.
En un intento por controlar la situación, el diputado Serapio Vargas propuso que, en lugar de realizar la primera lectura del dictamen en pleno, este fuera subido a la gaceta parlamentaria para que los diputados pudieran revisarlo de manera individual. Esta moción fue aprobada, pero no logró calmar los ánimos de los manifestantes.
Las diputadas del Partido Sinaloense expresaron su descontento con el manejo de la situación. Alba Virgen Montes Álvarez declaró a la prensa que la reforma es ilegal, argumentando que carece del consentimiento de la UAS y que la institución cuenta con un amparo contra la Ley de Educación Superior.
«Siempre se manda una comisión y no hubo tal a nosotros. No nos dijeron nada. La junta de coordinación política siempre nos considera cuando hay alguna situación donde vienen ciudadanos a ser escuchados, siempre se le da atención y se nombran comisionados, pero esta vez no lo hicieron», lamentó Montes Álvarez.
La legisladora sugirió que la urgencia por aprobar la reforma responde a intereses políticos, específicamente al deseo de Feliciano Castro de «quedar bien con el gobernador Rubén Rocha Moya».