Tacuarines, una tradición en Sinaloa
Populares por su consistencia, sabor y por pertenecer a la gastronomía de Sinaloa, los tacuarines o coricos, como mejor se les conoce, se han convertido en un distintivo para el estado.
El método que se sigue para hacerlos en la tierra de los once ríos, así como los ingredientes que se utilizan, son tan propios que a aun cuando también son parte de los estados de Sonora y Baja California, los que son hechos en Sinaloa se han distinguido por el sabor y la consistencia. Además, de que tuvieron sus inicios aquí. Al principio sólo se les conocía como tacuarines, gracias al ferrocarril Sur-Pacífico, que era conocido como Tacuarinero. Cuando este tren venía de Altata a Culiacán, un grupo de mujeres aprovechaban para vender estas galletas de masa de maíz.
La señora Eugenia Guerrero cuenta que elaborar los coricos es sencillo, sólo basta tener las ganas y seguir una serie de pasos. Para prepararlos se necesita un kilo de harina de maíz, medio kilo de manteca, tres huevos, dos tazas de azúcar, una cucharada de royal y una pizca de sal. Cuando la masa está en su punto se le va dando la forma de círculos.
A diferencia de otros postres, en el caso de los tacuarines no se utiliza agua, de ahí que adquieren una consistencia porosa, que al momento de morderlo se va deshaciendo poco a poco.
De igual forma, al prepararlos se debe considerar hacer pequeñas bolitas y pesarlas a fin de que todas queden del mismo tamaño y que al meterlos al horno no se corra el riesgo de que se quemen o queden crudos.
Aun cuando la receta que se maneja para este antojo es similar, hay zonas donde han adaptado o cambiado un poco el método. Incluso, algunos han llegado a sustituir la harina de maíz por de trigo, agregar un poco de vainilla y hasta canela en polvo.
Asimismo, para algunas familias la preparación y venta de coricos se ha convertido en una forma de integración y una vía para obtener un ingreso extra.
Si le antojó esta joya gastronómica, recuerde que es ideal para acompañarla con un buen café, chocolate o ya de plano con su refresco favorito.
Especial de Cristina Medina