Sueño americano, un camino peligroso
Con una mochila al hombro cargada de sueños y la esperanza de tener una mejor vida, Óscar Omar Rodríguez, emprendió su camino el pasado 10 de junio. A sus espaldas quedó su hogar, su familia, su país.
Por más de dos meses, este hombre originario de El Salvador ha seguido un largo camino hacia California, en Estados Unidos, un camino que se ha vuelto incierto, debido a las dificultades que le han tocado vivir, desde pasar días sin comer, dormir en la calle o a un costado de vías del tren, hasta viajar en “La Bestia” o el tren de la muerte, con el riesgo de morir o sufrir alguna amputación.
El día que Óscar Omar dejó su casa salió con 50 dólares en la bolsa. Con este dinero consiguió cruzar de El Salvador a Guatemala, y luego México. En este país han tenido que “charolear” para comprar comida y juntar lo suficiente para viajar por en un medio más seguro.
A su llegada a Culiacán el pasado miércoles tras ver información en las redes sociales, Óscar Omar fue directamente a la casa del migrante Jesús María Echavarría y Aguirre.
Comenta que en este lugar, al que también han llegado al menos otros ocho centroamericanos, ha conseguido sanar las ampollas de sus pies, descansar, conseguir algo de ropa, dormir y comer.
Ha recobrado fuerzas para continuar su largo viaje hacia California, un lugar en el que buscará trabajar como pintor. Un oficio que en El Salvador apenas y le daba para vivir en medio de la violencia que provocan pandillas como los mara salvatruchas y la misma corrupción del gobierno.
Con información de Cristina Medina