Los riesgos de la revocación de mandato
En su colaboración En opinión de... Sandra Lara expone si la propuesta es realmente un instrumento ciudadano
“No se debe aspirar al poder desde el poder”
Enrique Krauze
En las últimas dos semanas hemos escuchado y leído múltiples puntos de vista sobre la reforma constitucional en materia de revocación de mandato aprobada en la Cámara de Diputados, a pesar de lo cual, no es un hecho consumado. Falta que pase la aduana del Senado de la República. Una vez más se pondrá a prueba su responsabilidad histórica. A juzgar por lo ocurrido con el tema de la Guardia Nacional, confío en que no pasará en los términos que le fue enviada.
La premisa que sostiene la propuesta de AMLO es que “si el pueblo pone, el pueblo quita”; que seis años son mucho tiempo para tener en el poder a un mal gobernante; que habrá mayor rendición de cuentas; que se fortalece la democracia…Todos podríamos estar de acuerdo con esto, el problema es que sus argumentos no se sostienen desde el análisis más elemental que hacemos al texto de la iniciativa.
La propuesta de revocación de mandato esconde tres grandes peligros:
-López Obrador ha dicho que con esta propuesta se empodera al ciudadano, lo cual es falso. El proceso revocatorio puede ser solicitado por el propio Presidente de la República, por tres cuartas partes de Legisladores de cualquiera de las dos cámaras federales, o por el equivalente al 3% de los ciudadanos inscritos en la lista nominal. Este 3% es requisito solo para iniciar el procedimiento, pero para que los resultados de la consulta de revocación sean vinculantes, es decir, sea obligatorio ejecutar su resultado, debe haber participado al menos el 25% del listado nominal. En la mayoría de los países que existe este mecanismo, son los ciudadanos únicamente quienes pueden solicitar la revocación en el momento que lo decidan siempre que cumplan con todos los requisitos. De ahí que la facultad que se le pretende dar al Ejecutivo Federal se trata más bien de una ratificación porque es obvio que lo haría a sabiendas de que ganaría la permanencia en el cargo.
-El Presidente plantea que “por economía” la consulta de revocación se haga el mismo día de la elección intermedia federal del 2021. De aprobarse en éstos términos, tendríamos a López Obrador haciendo campaña para promoverse abiertamente y su nombre en las boletas electorales generando con ello inequidad en el proceso, contraviniendo el amplio entramado jurídico que hemos construido para evitar que los funcionarios públicos de todos los niveles difundan sus logros o programas, o hagan uso de recursos públicos para favorecer a sus partidos políticos o candidatos. Habría pues una clara intromisión del Presidente en la renovación de los 500 Diputados Federales, de 13 gubernaturas y de aproximadamente el 90% de ayuntamientos que tendrían elecciones. Por otro lado, el hecho de se establezca la fecha para la consulta de manera expresa, limita el derecho de los ciudadanos para utilizar este mecanismo cuando se presente un acontecimiento grave que amerite destituir al Presidente, antes o después de la fecha señalada.
-El compromiso firmado por Andrés Manuel donde asegura que no buscará reelegirse, es una distracción. Sabiendo que el fantasma reeleccionista es el que genera mayor polémica, trata de sacarlo del debate público para que avance su propuesta, aún cuando ese documento no tiene ningún valor jurídico. Es cierto que en todo el texto de la propuesta de reforma que envió al Congreso de la Unión no se hace referencia al tema de la reelección. El artículo 83 de la Constitución Federal permanece intocado. Sin embargo, muchos analistas consideran que de seguir con los niveles de popularidad que hasta ahora mantiene, saldría muy fortalecido de la consulta de 2021 y lograría, con su nombre en las boletas, arropar a todos los candidatos de Morena y conseguir de nuevo la mayoría en la Cámara de Diputados y en los Congresos de los Estados. Con un amplio poder legitimado en las urnas no tendría muchos obstáculos para proponer la reelección “si el pueblo se lo pide”, desde luego.