Revelan en audiencia el infierno que vivió Memito
El pequeño Guillermo de apenas cinco años, padecía el síndrome de niño maltratado; era dejado sin comer, golpeado y expuesto al sol por horas
CULIACÁN.- La mañana de este miércoles se llevó a cabo la audiencia inicial en contra de Saturnino “O”, quien es acusado de haber asesinado al pequeño Memito de apenas cinco años, el pasado 2 de noviembre en el fraccionamiento Capistrano, de la capital sinaloense.
Durante la audiencia, el Ministerio Público presentó múltiples pruebas en contra del imputado, entre las que destacan diversas declaraciones, principalmente de la madre de Memito y de los vecinos, quienes fueron testigos de cómo el niño era agredido hasta que eventualmente le arrebataron la vida.
La posterior muerte de Memito comenzó cuando María, la madre de este, conoció a Guillermo “O” por medio de Facebook, con quien entabló una relación que consistía en llamadas telefónicas, posteriormente, a mediados de agosto, Guillermo invitó a María a que se quedara a vivir en su domicilio ubicado en el fraccionamiento Capistrano, por lo que María se trasladó desde Badiraguato con Memito y su otra hija de apenas dos años.
Cuando María llegó a dicho domicilio, se percató que Guillermo vivía con sus padres; Saturnino y su esposa, quienes a cambio de mil pesos a la quincena aceptaron hacerse cargo de Memito y a su hermanita, fue ahí cuando empezó el calvario para el menor.
Memito era agredido físicamente, dejado sin comer y expuesto al sol por horas, según lo relatado por testigos.
Cuando Memito llegó al Hospital Pediátrico de Sinaloa el 2 de noviembre del presente año, no solamente presentaba una lesión en el cráneo, misma por la que fue internado, sino que en los exámenes médicos se determinó que tenía múltiples lesiones; recientes y antiguas.
El pequeño era constantemente agredido por Saturnino; en el Hospital se constató que presentaba lesiones en la clavícula, antebrazo izquierdo, muslo derecho, abdomen, glúteo derecho, cara posterior del tórax, región lumbar derecha, escoriaciones en la rodilla izquierda; heridas que pusieron en riesgo la vida del niño.
En las declaraciones de varios vecinos, afirman que no solamente era golpeado, sino que además era agredido verbalmente, pero también lo castigaban sacándolo al sol por muchas horas y devuelto al interior del domicilio poco antes que llegara la madre del menor, asimismo, una vecina relató en su declaración que a veces encontraba al niño con hambre, por lo que seguido le daba comida.
“Nadie me quiere, todos me regañan”
Memito había acusado en diversas ocasiones a Saturnino; le platicó a su mamá cómo era agredido, constantemente manifestaba sentir dolor en sus bracitos y cabecita, pero cuando la madre le reclamaba a Guillermo, su pareja, y a sus padres, estos le recriminaban y decían que el niño mentía, que se portaba mal, era muy travieso y que tenía que comportarse.
El niño de apenas cinco años, en alguna ocasión le dijo a su madre que nadie lo quería y todos lo regañaban; padecía el síndrome de niño maltratado, lo que significa que era constantemente agredido física o psicológicamente, por una o varias personas que se encontraba al cargo del menor, en este caso, su padrastro y los papás de este.
María, madre de Memito trabajaba desde las 9:00 de la mañana hasta las 7:00 de la tarde, tiempo en el que los padres de su pareja se encargaban de “cuidar” a Memito y a su hermana, quien también era maltratada por estos adultos, pero no solo ellos, incluso Saturnino agredía a su esposa, quien también padeció de violencia familiar.
La muerte de Memito
El 2 de noviembre, alrededor de las 11:00 horas, una vecina que iba a la tienda se percató como el niño había sido empujado contra una pared, con la que se golpeó la cabeza y al caer al piso se desvaneció.
Saturnino y su esposa María lo envolvieron en una sábana y lo trasladaron al Hospital Pediátrico de Sinaloa, donde ingresó a las 11:48 horas, de acuerdo al registro del nosocomio.
Otro vecino fue testigo directo, él vio como en el patio trasero de ese domicilio, Saturnino tomó por la parte posterior del cuello al niño y lo empujó contra la pared, con la que golpeó su cabeza y luego se cayó, cerró sus ojos y ya no despertó.
En el hospital, se determinó que Memito presentaba traumatismo craneoencefálico, lo que lo mantenía grave y que 13 días después le costarían la vida, pues el 15 de noviembre presentó un paro respiratorio que le causó la muerte.
Mientras, los responsables, huyeron con rumbo al municipio de Cosalá; después de que dejaran al menor en el HPS, regresaron al domicilio en Capistrano, subieron muebles a una camioneta y se fueron para ya no regresar, pero sería en este mismo municipio donde el presunto responsable fue detenido y puesto a disposición de las autoridades.
Amenazas para no denunciar
La madre de Memito, tenía que estar en el Hospital cuidando a su hijo, y no fue sino hasta el tercer día que se percató que sus suegros se habían ido de Capistrano y se habían llevado a Cosalá a la niña de dos años.
La mujer, tuvo que ir hasta Cosalá por su hija, y cuando cuestionó a Saturnino sobre lo que había pasado, este solo se quedaba callado y no decía nada, además se mostraba nervioso, pero ahí empezó otro problema.
Guillermo comenzó a enviarle mensajes a María, en donde le pedía que se quedara callada, que el niño se había caído de un barandal, que no dijera nada o “pobre de ella”.
Las amenazas fueron a más, Guillermo le advirtió que si decía algo a las autoridades, conocía gente armada que la mataría a ella, a su hija de dos años y a toda su familia. Mensajes que María presentó como evidencia a la Policía de Investigación.
Entre las amenazas, Guillermo le dijo que si hablaba, publicaría en redes sociales un video donde la misma María aparecía golpeando a Memito, por lo que deja entrever que el pequeño era agredido prácticamente por todos los adultos con los que tenía contacto dentro del seno familiar.
La vinculación
Con estas pruebas presentadas por el Ministerio Público, se formuló la imputación y se acusó a Saturnino del delito de homicidio calificado cometido con ventaja, y por violencia familiar equiparada, pues las agresiones fueron de forma dolosa en contra del menor.
La Fiscalía solicitó la vinculación a proceso, la cual fue concedida por el juez en esta audiencia inicial, que dicho sea de paso, lució una Sala B completamente sola, pues no había ningún familiar de Saturnino para presenciar la audiencia.