CULIACÁN.- Estas vacaciones de verano se prestan para visitar albercas, balnearios, el mar, sobre todo para que los más pequeños se diviertan y los papás pasen un día relajado, sin embargo, en estos lugares pueden ocurrir algunas desgracias como el ahogamiento por inmersión, lo cual se puede prevenir.
Filiberto Sánchez Bernal, titular del departamento en la Infancia y la Adolescencia de la Secretaría de Salud, aseguró que lo primero que hacen los padres es colocarles flotadores o salvavidas a los niños y los dejan solos en la alberca o chapoteadero, sin la supervisión necesaria y puede sufrir un percance, sobre todo los pequeños que son exploradores y ocurrentes.
“Una recomendación de la Academia Americana de Pediatría es que no usen flotadores, porque el flotador lo único que hace es darle tranquilidad al adulto y entonces no lo está cuidando, si quieres meter al niño a la alberca, mételo tú, báñalo y sácalo tú, porque luego se rotan y se voltean los niños son muy inquietos”.
Añadió que con los salvavidas circulares los niños pueden girar y su cabeza quedar hacia abajo y nadie darse cuenta, de igual forma, aunque la alberca no tenga demasiada agua puede resbalar y ahogarse.
“Si el niño está parado y está en un chapoteadero piensan que no va a pasar nada y generalmente se resbalan, en muchas albercas que no tienen antiderrapante o les llenan una alberca inflable y los tienen ahí, ahí los tienen en el patio de la casa y los adultos en una carnita asada, comiéndose un ceviche, pisteando, platicando y a lo que menos le ponen atención es al niño que está en un área de riesgo y así sean 20 centímetros se ahoga”.
Añadió que así lo dejen en chapoteadero los niños se salen e introducen a una de mayor profundidad, de ahí la importancia de mantenerlos siempre vigilados.
