El rechazo familiar ha generado 8 veces más suicidios o intentos de suicidio en personas de la diversidad sexual.
“Las estadísticas de una doctora que se llama Kathleen Ryan que las sacó en el Pediatrics en el 2009, te dice que el rechazo familiar ha generado 8 veces más suicidios o intentos de suicidio en personas de la diversidad sexual por el rechazo familiar, 6 veces más depresión, 3 veces más posibilidad de infectarse y consumir drogas y alcohol”.
La sexóloga y autora del libro “Papá, Mamá soy gay” Rinna Riesenfeld dice que una de las primeras cosas que hay que entender en la diversidad sexual es que no se trata de una elección ni tampoco de una ocurrencia, pues es como el color de piel o ser zurdo o diestro; sin embargo prevalecen prejuicios muchas veces por ignorancia.
“Antes de hablar de tu prejuicio, acércate a las personas y conoce el tema, la mayoría de la gente que insulta y dice, la verdad es bien ignorante, no conocen el tema no dan argumentos contundentes”.
Rinna Riesenfeld cuestionó los valores de esta sociedad, porque se ataca más al amor que a la violencia.
“El amor le echamos más piedras que a la violencia, yo digo siempre, si dos hombres se agarran a besos y ya los quieren ir a golpear, pero que tal apostamos en las luchas, en los tiros… yo no sé qué está pasando con los valores porque el tema de homosexualidad es un tema de amor y el amor es un sentimiento positivo”.
Por razones culturales, sociales y de creencias, prevalece el rechazo hacia las personas de orientación homosexual; muchas veces los padres de familia no saben qué hacer cuando su hijo revela que es gay, y en ocasiones está reacción puede causar un gran daño, explica sexólogo Luis Perelman.
“Alto rechazo puede ser pegarles, correrlos de la casa, decirles no te creo, o Dios te va a castigar, forzarlos a comportarlos de cierta forma cuando no es lo suyo, avergonzarlos ante la familia, hacerlos a un lado, eso es alto rechazo”.
El desconcierto en los padres de familia es válido al revelarse la orientación sexual diferente de sus hijos, sin embargo, lo importante es acompañar y aprender con ellos, decirles que los quieren, afirma el también activista social.
En opinión de los especialistas, nuestro país no ha cambiado a fondo en torno a la diversidad sexual, pero quienes deben cambiar son los padres y que los hogares sean refugio de la calle y no la calle refugio del hogar que los rechaza por su orientación sexual.
Katia Rivera
