Expertos en seguridad coinciden en que la captura del “R8”, podría traer diversas implicaciones sociales y de seguridad, no solo a la región donde fue capturado sino a toda la entidad.
Kevin Chicuate | ADN Informativo
Culiacán, Sinaloa. – En un operativo conjunto del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional, fue detenido Luis «N», alias «R8», presunto jefe de seguridad de Aureliano «El Guano» Guzmán, hermano del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Dicho operativo se realizó en la zona conocida como el “Triángulo de la Bondad”, la tarde del lunes 8 de julio. Se estableció que junto al “R8”, fueron aprehendidas otras tres personas cuyas identidades no han sido reveladas por las autoridades.
De acuerdo con informes, la movilización de las fuerzas federales, que inicialmente buscaba la captura de «El Guano», hermano mayor del “Chapo», resultó en un enfrentamiento armado en las comunidades de San José del Llano, Badiraguato y El Durazno. Según medios locales, el saldo fue de al menos cuatro muertos y cinco heridos, además de unidades calcinadas.
Los detenidos fueron trasladados en helicópteros de la Marina a la Base Aérea Militar número 10 y posteriormente llevados a la Ciudad de México en un avión de la Fuerza Aérea.
Expertos en seguridad coinciden en que la captura del “R8”, podría traer diversas implicaciones sociales y de seguridad, no solo a la región donde fue capturado sino a toda la entidad.
Primeramente, se prevé que podía haber un posible incremento de violencia, ya que la captura de una pieza tan importante dentro de una estructura criminal como el «R8» podría desencadenar luchas internas por el control dentro de la propia organización, lo que podría resultar en un aumento de la violencia en la región.
También podrían darse casos de desplazamientos forzados. El temor a represalias o enfrentamientos entre grupos rivales podría provocar que habitantes de las zonas afectadas se vean obligados a abandonar sus hogares.
Sin duda, la detención de «R8» podría llevar a una reorganización dentro del grupo criminal, lo que podría alterar las dinámicas de poder y control territorial en la región.
Por su parte, es probable que las autoridades aumenten su presencia y acciones en la zona, lo que podría generar más enfrentamientos y afectar la vida cotidiana de los habitantes.
En la parte económica, también se señala que la captura de figuras clave del cártel podría afectar las economías locales que dependen indirectamente de estas actividades ilícitas.
Existe el riesgo de que el grupo criminal busque venganza contra las fuerzas de seguridad o informantes, lo que podría poner en peligro a la población civil.
En lo que respecta a la atención mediática, es de esperarse que el caso atraiga la atención de medios nacionales e internacionales, lo que podría afectar la imagen de la región y de Sinaloa en general.
