CULIACÁN.- Derivado de la clausura del tiradero clandestino del Piggy Back, un grupo de pepenadores alzaron la voz. Advierten que los han dejado sin una fuente de ingresos a 70 personas.
Marisela, quien tiene siete años dedicándose a la pepena en esa zona, expuso que con el cierre los han dejado sin oportunidades, pues con los pocos pesos que lograban sacar de la venta los plásticos, vidrios, cartón y metal apenas alcanzaban a comprar la comida de sus hijos. Hoy lamentan la situación, más por las expresiones del alcalde Jesús Estrada Ferreiro sobre que él no tiene la culpa y que “es problema de ellos”.
Por su parte Inés, una mujer con siete hijos que también vive de la pepena, expuso que, así como los visitó en campaña, Estrada Ferreiro debe responderles, y otorgarles los servicios.
“Cuando él vino a pedir el voto sí ofrecía y mucho, ahora no le da lástima dejar a toda esa gente en la calle. Ahorita quiere cerrar, qué vamos a hacer. Quién me ayudar con mis siete hijos, el alcalde va a venir, claro que no. Él no quiere ni enlodarse los zapatos, ni va a traer una chequera para darnos a todos. Si una autoridad cierra una fuente de trabajo es porque tiene algo mejor que ofrecerles a las personas”.
Ante el reclamo, el primer edil les informó a los pepenadores que podrán seguir con sus labores, siempre y cuando solo se trate de recolectar y no de tirar. Asimismo, prometió ayudarlos y atender sus demandas, entre ellas la de alumbrado, siempre y cuando acrediten que las viviendas donde están sean regulares.
