Alegría por ver nacer a un ser querido, ese fue el sentimiento de Víctor Manuel al ver que su esposa estaba dando a luz a su hijo en la vía pública.
A pesar del riesgo que conlleva el alumbramiento en un lugar carente de atención médica, él y su esposa María de los Ángeles sabían que de un momento a otro tendrían al bebé en la calle, pues cada día suelen salir a trabajar recogiendo todo desecho que se pueda vender como; fierro viejo, aluminio y cartón, para obtener ganancias y poder comer.
“Es la vida de Dios ver nacer y podemos estar felices por eso ¿verdad? ¡me siento feliz! andamos trabajando yo y ella juntando lo que se pueda para vender, ahí fue donde le dieron los dolores”.
Mientras observaba la llegada al mundo un ser inocente proveniente del amor que se tienen él y su esposa, Víctor dijo que teme que su hijo al que registrarán con el nombre de “Manuel” el DIF se lo quite como a sus otros tres hijos: una de seis años, la segunda de tres y el tercero con tan solo un año de edad, los cuales desde hace ocho meses no les permiten verlos, saber de su estado de salud o si están siendo bien cuidados.
“Yo lo quiero cuidar, yo no quiero que estén ahí, a los otros no me dejan verlos, no quiero seguir así quisiera que me apoyen de ese lado. Nos dicen ‘te vamos ayudar’ pero de la manera en la que ellos quieren, eso es lo que yo quiero, que nos den una oportunidad de verlos, de saber que están bien, como padre me tienen pensando en si los están tratando de la mejor manera”.
Trabajando como siempre para alimentar una manera balanceada a su esposa, Víctor señaló que como cualquier persona van al supermercado a comprar carne, pollo y vegetales para su alimentación lo cual seguirán haciendo para poder llevarse a su bebé a casa de su cuñada que es donde actualmente viven para resguardar y darle el cuidado que necesita.
