ELECCIONES 2016

Once años de ataques contra Cuén… Ana Laura Arellanes. Mujeres por Sinaloa

La principal protagonista Tere, Guerra Ochoa, ex diputada del PRD, volvió el martes a lo suyo, a lo que sabe hacer: en calidad de difamadora intentar pasar como difamada.

O sea, en calidad de victimizadora, pretender aparecer como víctima. Pidió a la Secretaría de Gobernación protección por los “ataques” de que ha sido “víctima”, dijo, por Héctor Melesio Cuén Ojeda, candidato del PAS-MC al gobierno de Sinaloa, quien así recibe así otro ataque directo de la ex legisladora perredista.

La atacante se dijo atacada. La difamadora se disfraza de difamada. Los medios de comunicación cayeron en el juego.

Es año electoral: y la “protección que pidió Tere Guerra a la Segob tiene el tufo de una conspiración política, para bajarlo en las preferencias electorales, complot en el que habrían de estar coludidos personajes del PRI).

¡Once años de “guerra sucia” contra Héctor Melesio Cuén Ojeda! ¿De qué marca es la patente de corso de los calumniadores? Es una pregunta que si la analizamos juntos, entenderemos el tema: en Sinaloa la libertad de expresión se convirtió en libertad para el libertinaje y la difamación. Lo sostenemos en este caso especial. Nada más.

Que quede claro que somos mujeres pensantes, no lectoras que se dejan cautivar por la mentira.

Nos preocupa a las mujeres de Sinaloa, a todas, a ninguna sin excepción, que un grupo de personas pretendan, “darnos gato por liebre”, ofrecernos mentiras por verdades. Nos molesta que nos quieran arrastrar a su “mundo” y convertirnos en rehenes de sus perversos planes político-electorales; que les sirvamos, además, no como lectoras inteligentes, sino como “letrinas de sus venganzas y amarguras”.

Once años lleva un grupo político, conocido al interior de la Universidad Autónoma de Sinaloa como “Los exquisitos”, y, afuera, como “Los Iluminatis”, inventando falsedades en torno al ex rector Héctor Melesio Cuén Ojeda, once años de “guerra sucia”, en la que participan la ex diputada del PRD, María Teresa Guerra Ochoa, caricaturistas y otros falsos políticos de izquierda y de “derecha”.

Once años atacando, difamando, fabricando incluso demandas penales y “expedientes mediáticos” contra el ex rector de la UAS, Héctor Melesio Cuén Ojeda, en venganza por haber transformado la universidad, por haberla rescatado de las “pandillas” y por haber acabado con los privilegios personales del grupo de difamadores.

Después de once años de difamaciones Héctor Melesio Cuén recurrió a un tribunal –juzgado-, no para coartar la libertad de expresión de la ex diputada del PRD, María Teresa Guerra Ochoa, la más activa en los ataques; no para lastimar a los medios de comunicación, sino para pedir al juez de la causa que la perredista, por la naturaleza civil de la demanda, divulgue en torno a él informaciones documentadas, no inventos, que deje de fabricarles delitos inexistentes y expedientes falsos y que deje de hacerlos públicos como si se tratara de verdades.

Acusar, calificar, inducir sin comprobar lo que se afirma es, no sólo anti-periodístico, sino indigno.

Once años lleva la campaña de difamaciones contra Héctor Melesio Cuén, y él, como cualquier político o ciudadano, tiene expedito su derecho para demandar por daño moral, cuando su nombre y personalidad han sido conculcados por escritos que se consideran infamantes, mentirosos y falaces.

No es un atentado a la libertad de expresión que pida que no se le difame. Por el contrario, la veracidad, es uno de los sagrados valores del periodismo. Es una monstruosidad jurídica, también, pensar que la libertad de expresión es una patente de corso.

¿Qué de malo o ilegal tiene, después de once años de estar soportando difamaciones, recurrir, a una instancia legal para pedir que cesen los “ataques” no fundados?

En este caso especial, en Sinaloa la libertad de expresión se convirtió en libertinaje, en libertad para difamar…

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