Más que un altar, familias recuerdan a sus fieles difuntos a su manera
CULIACÁN.- A pesar de que los altares escolares han influido para que desde niños conserven la tradición del Día de Muertos, para algunos culiacanenses esta veneración a los fieles difuntos solo consiste en cumplir con una tarea que les piden en sus trabajos o en instituciones educativas, sin embargo, hay a quienes les apasiona y les llena de nostalgia crear estos altares para sus seres queridos desde sus hogares.
Desde lo más sencillo a los más elaborado, con veladoras, flores de papel, incienso, fotografías del difunto, el tradicional pan de muerto y flores de cempasúchil para que logren cruzar al mundo de los vivos son piezas clave que nunca faltan en cualquier tipo de ofrenda.
“Mi mamá hace uno pequeño, como vivimos en un pueblito y no tenemos alcance a los adornos tradicionales, les hace uno a mis abuelos donde pone su foto y con lo que ella pueda, sus veladoras, el panecito, el cafe y lo que más les gustaba comer”.
“No acostumbramos a hacer altares pero me anticipo al panteón para limpiar, eso a mi me da tranquilidad y felicidad, poder traerle sus flores y globos o algún presente, no eso me siento bien”.
“Me da mucho gusto que se sigan haciendo los altares, porque las personas investigan y saben el significado de la ofrenda”.
Cada familia lo hace a su estilo, pues consideran que sin importar el tamaño, la cantidad de adornos o el tipo de ofrenda que realicen, lo más importante es mantenerlos presentes en el recuerdo con los momentos de amor y calidez que pasaron juntos.