Maíz sinaloense no ha podido entrar al mercado chino por altos costos de flete
CULIACÁN.- A pesar de contar con la firma binacional de protocolo de exportación de México a China de maíz, las condiciones de mercado no han permitido hacerlo efectivo, expresó Ramón Gámez Gastélum Director de Innovación, Sanidad e Inocuidad de Sinaloa.
Dijo que se cuentan con las medidas fitosanitarias para cumplir con ese acuerdo comercial, sin embargo, los costos de flete y los bajos precios no han permitido abrir en ese mercado asiático.
“Sin embargo, es bueno contar con esas opciones, Sinaloa siembra una superficie importante de maíz entre 500 y 550 mil hectáreas, en promedio 500 mil de otoño invierno, y primavera verano, producimos alrededor de 6 millones de toneladas; entre 5.5 y 6 millones de toneladas en los dos ciclos”.
Gámez Gastélum, mencionó que aún no se establece la firma del protocolo fitosanitario para el sorgo con dicho país oriental, el cual tiene como finalidad bajar un poco al hectareaje de maíz, pero se confía que se efectúe pronto para que los productores nacionales y en especial de Sinaloa, se les abra ese abanico de oportunidades.
Reveló que entre los dos ciclos productivos en la entidad, se establecen entre 50 y 60 mil hectáreas, donde se cosechan alrededor de 700 mil toneladas de sorgo que va al sector pecuario, pero en China será para elaborar bebidas para consumo humano, es por ello que se requiere cumplir con la medida inocuidad que demanda ese país.
“Hay una demanda muy fuerte de los sectores engordador, avícola, porcícola, somos deficitarios en el caso de sorgo, también hay que señalarlo el precio del maíz influye en el precio del sorgo, porque compite por ese mercado, y la otra opción que se ha señalado caso maíz amarillo, que fuera de ese sector pecuario conjuntamente con el sorgo. ¿Cuánto producimos de sorgo aquí en México? Se producen alrededor entre seis, siete millones de toneladas de sorgo, y hay una demanda entre nueve y diez millones de toneladas”.
Dijo que ya se han efectuado varias reuniones entre las autoridades sanitarias de ambos países, para cumplir con las demandas productivas que requieren de inocuidad.