Los ‘ninis’ de la 4T ni cuidan el empleo ni protegen a los desempleados
Dos acontecimientos han recrudecido la relación del presidente AMLO con los empresarios, representados por Gustavo de Hoyos, presidente de Coparmex, y Carlos Salazar, presidente del Consejo Coordinador Empresarial CCE. Por un lado, el presidente anunció su “plan para el rescate económico y el empleo”, donde excluye a los empresarios del diseño de dicho “plan”; no solo no es incluyente, sino que además el presidente no le dice a los patrones ni a los trabajadores qué medidas va a implementar el Gobierno para apoyarlos. Por otra parte, está la necedad de seguir produciendo petróleo y gasolina, cuando evidentemente ya en el mundo eso no es negocio, y menos para México hoy.
El presidente tampoco anuncia recursos extraordinarios para proteger a los desempleados, como el modelo implementado en EUA y tampoco menciona medidas para proteger el empleo actual, como, por ejemplo, en Francia, donde el Gobierno paga al menos el 80 por ciento de la nómina de las empresas para que, al termino de la crisis de salud por el coronavirus, el desempleo no se haya disparado. Por el contrario, el presidente se limitó a decir que “va a generar 2 millones de empleos en nueve meses con dos millones de créditos”. Pero hay “otros datos”, el año más productivo en México fue en 2010, con 5.7 por ciento de crecimiento del PIB y la generación de 700 mil empleos; incluso, el año récord de generación de empleo fueron 800 mil en 2017. Entonces, ¿cómo creerle al presidente que en nueve meses va a generar 2 millones de empleos? Si para 2020 la economía mundial se va a contraer un 3 por ciento según el FMI, y en México el estimado de decrecimiento va desde el -4 por ciento (Banxico y Hacienda) hasta el -7 por ciento (JP Morgan) e incluso el propio CCE estima en dos dígitos la caída del PIB, con un -10 por ciento, y la pérdida de 2 millones de empleos. Por lo tanto, el presidente y su 4T son los nuevos “ninis” porque ni están protegiendo a los desempleados ni están cuidando el empleo.
Por último, la necedad ante la OPEP de no querer producir menos para aumentar el precio internacional, dado que México insiste en invertir en crudo, aunque hoy el costo de producción ronde entre 14 y 28 dólares por barril (analistas independientes) y el precio de venta haya caído 70 por ciento en lo que va de 2020 para ubicarse incluso en 10.39 dólares por barril; entonces, ¿dónde está el negocio para México?