Los ´Chapitos´; tienen su segunda familia en Palacio de Gobierno

CULIACÁN. Claudia Iveth y Alejandro Ruiz Gómez, integrantes de la Asociación de Gente Pequeña de Sinaloa, atienden a cientos de trabajadores y usuarios del palacio de gobierno, ofreciendo casi toda clase de snacks, bebidas refrescantes (excepto alcohólicas por supuesto) y servicio de fotocopiado.

La pequeña historia de emprendimiento, inició durante la administración de Jesús Aguilar, con servicio de fotocopiado, en el gobierno de Malova les dieron luz verde para ampliar a bebidas y alimentos empacados, con excepción de cigarros, a un costado de elevadores del ala de la avenida Lázaro Cárdenas, pero fueron reubicados al sótano en el gobierno de Quirino Ordaz, donde durante meses les bajó drásticamente las ventas, en el próximo mes de junio ya cumplirán 13 años con ese pequeño changarro que les permite llevar ingresos a la familia.

“Pues exactamente no nos dijeron porque, pero si ya tenemos dos años aquí abajo, de hecho, cuando recién nos bajaron si (cayeron las ventas) porque no pusieron ningún anuncio, ni nada, pero ahorita ya la gente nos ubica.”

Iveth de 41 años la mayor de la familia de 4 hermanos, Alejandro de 34 años, el menor, son los únicos que tienen trastorno genético denominado Acondroplasia (es un trastorno del crecimiento de los huesos que ocasiona el tipo más común de enanismo), lo cual no los ha limitado a cumplir sus diversas metas personales y salir adelante de manera autónoma.

Alejandro nacido en Tijuana, casado desde hace 8 años, ha procreado familia con tres hijos, de dos meses, 7 y dos años, quienes son de talla promedio al igual que su esposa.

“Mi esposa es de talla normal.”

P: ¿Y cómo le hacen?

(risas) “Pues así nomás, ahí, ni sabemos cómo pero ahí andamos, ahí estamos.”

Por su parte Iveth nacida en Coahuila, a quien le pusieron los burócratas el apodo de la muñeca, es soltera, pero desde hace seis meses anda de novia con Pamela, quien es de talla promedio.

“Que hable la muñeca, es la que manda ya (dicen los clientes) es la jefa.”

P: ¿O sea, sí ella no autoriza, él (Alejandro) no hace nada?

“Exactamente, es la reina, es la reina.”

Ellos consideran ese espacio laboral, como su segunda familia, por la gran muestra de afecto que reciben de parte de sus clientes que acuden a surtirse de algún producto o copias.

“Nos tratan muy bien, tenemos mucha gente que nos quiere mucho, de hecho, aquí y fuera, cuando salimos, no nos hemos topado con gente mala.”

Revelaron que viven en la Colonia Costera al sur de la capital del estado, y son trasladados por una hermana, en su domicilio particular reveló Alejandro, que alterna con un negocio de rotulación de tazas, y tiene más demanda para eventos especiales como 14 de febrero, día de las madres, entre otros.

Los hermanos dijeron que a pesar de haber nacido fuera de Culiacán, son 100 por ciento culichis, esto porque sus padres se movían en diferentes regiones del país, ya que su padre Anastasio Ruiz hoy de 61 años, así lo requería su trabajo de electricista, junto a su madre Juana Gómez de 58 años de edad.

Expresaron que llevan una vida normal a la de cualquier persona de talla promedio.

Ellos atienden ese pequeño establecimiento con gran entusiasmo y actitud de 08:00 a las 15:30 horas ubicado en una esquina del sótano del palacio de gobierno, frente a elevadores del ala Insurgentes, y dijeron que les gustaría ampliar su negocio para contar con mayores oportunidades, de ser posible, les muevan bajo la entrada principal (Lázaro Cárdenas) para poder tener mayor atención a usuarios.

Los hermanos de talla pequeña, invitan a las personas en general a no desfallecer en sus sueños y metas.

“(Iveth) Ahorita como está el mundo, que le echen ganas, porque este cañón ahorita. (Alejandro) A los jóvenes que no les gusta trabajar que se pongan las pilas(risas) que sean productivos, mucha gente sí nos dice que nosotros damos el ejemplo».

Entrevistados en su establecimiento, en los minutos que estuvimos presentes, fuimos testigos de la gran muestra de afecto y admiración de las personas que acuden al sótano del palacio de gobierno del estado, donde atienden con una sonrisa a flor de piel que contagian con su buena vibra que emanan.

Julio Caro