PARÍS, Francia. (OEM-Informex).– En un esfuerzo por apaciguar sus tensas relaciones con Donald Trump, el presidente francés François Hollande dialogó ayer por teléfono con el futuro ocupante de la Casa Blanca para proponerle “clarificar las posiciones recíprocas”.
A través de ese primer contacto, concretado tres días después de la elección norteamericana, Hollande trató de mitigar las tensiones que surgieron por sus primeras declaraciones tras la victoria de Trump, en las que puso de relieve sus desacuerdos con el Presidente electo. En esa ocasión, indicó que trabajaría con Trump “con vigilancia y franqueza”, fórmula que fue interpretada como expresión de la desconfianza e inquietudes que suscita la próxima llegada a la Casa Blanca del candidato republicano.
Ese primer esfuerzo de clarificación precede la reunión que mantendrá la semana próxima en Berlín el presidente saliente Barack Obama con los líderes de Francia, Alemania, Gran Bretaña e Italia.
La conversación de ayer, que se realizó por iniciativa de Hollande, duró apenas entre “siete a ocho minutos”, indicó el escueto comunicado divulgado por el Palacio del Elíseo (sede de la Presidencia francesa).
La brevedad de la conversación no constituye un buen signo, según la interpretación de especialistas diplomáticos.
El diálogo, en todo caso, permitió comprobar que ambos dirigentes comparten la “voluntad de trabajar en común”, afirmaron los colaboradores del Presidente francés.
Los dos hombres evocaron “los temas sobre los cuales acordaron trabajar para clarificar sus respectivas posiciones: la lucha contra el terrorismo, las situaciones en Ucrania, Siria e Irak, y el acuerdo de París” sobre el clima, agregó el Elíseo.
En este 11 de noviembre, aniversario del armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial -conflicto en el que participaron fuerzas de Estados Unidos—, los dos interlocutores recordaron la historia y los valores que comparten ambos países y las relaciones de amistad que siempre existieron entre Francia y Estados Unidos”, agregaron fuentes del Palacio del Elíseo.
Trump, por su parte, no formuló ningún comentario sobre el diálogo con el jefe de Estado francés. Su única reacción consistió en publicar un tweet en memoria de las víctimas de la Primera Guerra Mundial.
En una declaración por televisión, formulada en París al término de las ceremonias del 11 de noviembre en el Arco de Triunfo, Hollande insistió en su intención de “clarificar y hacer clarificar” ciertas posiciones. “Debemos hablarnos con toda franqueza”, concluyó sin formular otros comentarios.
Tanto el Presidente como una gran parte del Gobierno francés se habían pronunciado -de la forma más clara posible- a favor de la candidatura de Hillary Clinton.
Durante la campaña, Hollande siempre se refirió a Trump en términos sumamente duros.
“Todo lo que le gusta es la vulgaridad”, confió en un momento a los periodistas Gérard Davet y Fabrice Lhomme, que reprodujeron esa confidencia en el explosivo libro “Un presidente no debería decir eso”, publicado hace tres semanas en Francia.
“Es una persona vulgar en todos los sentidos del término, como pueden serlo los líderes populistas de Europa, que se apoyan en la vulgaridad”, agregó en esa ocasión.
Desde la elección de Trump, la diplomacia francesa en Washington se esfuerza discretamente en negociar una reunión en “tête-à-tête” (frente a frente) entre los dos hombres para abordar los puntos litigiosos.
El futuro de las relaciones entre Europa y Estados Unidos será abordado durante la visita que realizará el presidente saliente Barack Obama a Berlín la semana próxima. Durante esa última gira al exterior —que también comprenderá China y Perú—, Obama se reunirá en la capital alemana con los líderes de los cuatro principales países de Europa: la canciller alemana Angela Merkel, el presidente francés François Hollande, y los primeros ministros Theresa May (Gran Bretaña) y Matteo Renzi (Italia).
Con información de www.elsoldemexico.com.mx
