Los tres elementos de la inteligencia emocional que son personales son el autoconocimiento, la autorregulación y la motivación, donde específicamente los resultados dependen del individuo, de su capacidad de análisis, escucha activa, retroalimentación y acción respecto a los puntos que ha decidido cambiar para ser mejor y la manera en que ejecuta esos cambios para obtener resultados.
Hemos hablado del autoconocimiento y de la autorregulación y hoy hablaremos de la motivación, eso que nos mueve, nos empuja a realmente lograr los objetivos que nos hemos planteado.
La motivación es un conjunto de factores internos o externos que determinan en parte las acciones de una persona. La Real Academia Española es muy clara al definirla, es cuestión personal el enfocarse a determinar cuáles son esos factores internos o externos que al trabajar en ellos me hacen llegar a mis objetivos.
Hay impulsos que motivan a actuar de manera natural, que van relacionados con las necesidades básicas o fisiológicas, un ejemplo es cuando tenemos hambre, si tenemos hambre buscamos comida o algo que amortigüe la sensación de hambre hasta que tomemos nuestros alimentos debidamente, nuestro cuerpo nos lo está pidiendo, por lo que si no lo hacemos seguimos con hambre y tenemos un deterioro físico asociado.
Mientras que las necesidades superiores están relacionadas con otros elementos emocionales, y el valor que les damos a las mismas. No es lo mismo que una persona busque trabajo porque necesita cubrir sus necesidades básicas como hospedaje y alimentación, a hacerlo cuando ya tiene esas necesidades cubiertas y lo hace por otros motivos, he ahí la importancia de determinar los motivos y lo que me impulsa a ejecutar determinadas acciones.
Cabe aclarar que las necesidades básicas son generales, exceptuando casos específicos, mientras que las necesidades superiores varían de manera personal dependiendo de sus gustos, sueños, metas, intereses, expectativas y otros elementos, que se ven afectados por su entorno, experiencias, conocimientos, y todo lo que nos hace diferentes, seres únicos y excepcionales.
El punto importante es encontrar cuáles son esas necesidades superiores que quiero ver cubiertas, qué necesito tener para lograrlas, planear mis objetivos, evaluar qué hago día con día para conseguirlas, y si no estoy teniendo los resultados planeados cambiar de plan o cambiar de estrategia, pero no desistir, y ese no desistir va relacionado con las ganas de realmente querer lograr algo, esa motivación que conlleva a la acción.
En el ámbito laboral es muy importante elegir algo que realmente nos guste, nos emocione, que disfrutemos al hacerlo, si tu trabajo o actividad te resulta tan gratificante, tienes una motivación hacia el logro, una necesidad superior, no solamente el de cubrir necesidades básicas o fisiológicas, al actuar por gusto llegas a hacer las cosas con pasión, y esa pasión se nota, cuando atiendes a un cliente, cuando revisas un presupuesto, cuando organizas un evento, cuando despachas gasolina, cuando enseñas a los niños, cuando capacitas a alguien, si cuando eso sucede te gusta lo que haces y tiene sentido, tienes un elemento poderoso para sentirte motivado al día siguiente para volver a tus actividades.
Si lo que haces o el ambiente en el que estás no te apasiona, ni siquiera te gusta, tal vez sea el momento de revisar si vale la pena seguir en ese lugar o planear un cambio, y ese cambio está en ti.
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