OPINIÓN

La imagen de Sinaloa en Netflix

Antes del internet y las redes sociales, la televisión abierta fue el canal principal en materia de noticias. En México, por décadas Televisa acaparó el mercado de la “información periodística”, incluso superando a la prensa escrita y la radio a nivel nacional. Programas como 24 horas, con Jacobo Zabludovsky, era donde se construía o destruía una “verdad o mentira”, dependiendo de la agenda de intereses de quienes controlaban el monopolio de la información y su contubernio con los políticos del ancien régime.

Hoy, la tecnología celular le ha arrebato ese monopolio a las televisoras a través de las redes sociales; de hecho, radio, TV, periódicos e internet podemos abrirlos en un teléfono inteligente. Sin embargo, existe un nuevo monopolio en la TV mundial más fuerte que cualquier cadena anterior de televisión con activos que superan los 25 mil mmd, utilidades anuales que suman 15 mil mdd en 2018 y una cifra de suscriptores que rebasa los 150 millones de usuarios en todo el planeta; incluso sus fundadores, Reed Hastings y Marc Randolph, presumen que su competencia es el “sueño y cansancio de sus televidentes” (usuarios de streaming) me refiero a Netflix y su alto impacto e influencia en millones de jóvenes y personas de todo el mundo que ya no ven TV abierta e incluso han dejado de contratar TV por cable.

Los nuevos creadores de la “verdad histórica” con sus series biográficas como Trotsky, Colosio, o la serie de Narcos, por citar algunos ejemplos, generan implicaciones económicas y sociales que en algunos casos no alcanzamos a dimensionar la envergadura de su impacto para toda una sociedad, un estado o incluso un país.

Los sinaloenses tenemos el reto de empezar a cambiar la conversación que se tiene sobre Sinaloa en México y el mundo, y lograr cambiar la imagen errónea que tenemos de ser un estado narco.

Esa imagen violenta de nuestra tierra inhibe la atracción de inversión extranjera directa para generar más oportunidades de trabajo, lastima la derrama económica porque disminuye el flujo de turistas nacionales e internacionales en nuestras playas y pueblos mágicos. Por lo tanto, esa mala fama de tierra de narcos nos ha generado un tremendo costo económico para las familias de todo Sinaloa.

Que el canal de televisión más visto hoy en el mundo produzca series de apología al narco en Sinaloa, ¿cuánto nos estará costando en turistas e inversionistas que decidieron, por esa mala imagen, que ya no vendrán a Sinaloa? Hoy Netflix nos exhibe mundialmente como un Estado narco, y los sinaloenses aún no somos conscientes del tamaño del daño.

Algunos dirán que es un juicio “imposible de ganar”, pero si algo ha demostrado la historia es que juicios imposibles se han ganado. Aquí mero el año pasado en Sinaloa más de 8 mil niños y niñas de escuelas públicas demandaron en juicio de amparo al Gobierno del Estado por quitarles sus uniformes escolares; el Gobierno estatal reculó y nuestra niñez recuperó sus uniformes, decían que era imposible y les ganamos.  Todos los juicios legales se pueden ganar o perder, pero sin duda cuando se trata de una causa noble se deben pelear. Yo soy sinaloense y quiero lograr lo “imposible”, si trabajamos unidos podemos hacer posible lo que algunos medrosos aún le llaman imposible.

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