El Departamento de Justicia de Estados Unidos pasa a la acción contra el fabricante de coches Fiat Chrysler Automóviles, al formalizar una demanda en la que acusa a la multinacional de haber instalado sin autorización un programa que permitía falsear las pruebas de emisiones en algunos modelos equipados con motores diésel de tres litros. Hay 104 mil vehículos afectados, que se vendieron desde 2014.
La investigación de la EPA arrancó en septiembre de 2015, cuando se destapó el Diesel Gate. El Departamento de Justicia no solo toma así el relevo que le dejó el equipo de Obama, sino que escala la batalla legal tras fracasar el arbitraje.
Fiat Chrysler esperaba evitar así una confrontación directa con el Departamento de Justicia. La demanda permitirá teóricamente a Washington negociar una compensación al margen de los tribunales, si finalmente Fiar Chrysler opta por no llevar la batalla legal mucho más lejos.
