REPORTE ESPECIAL

«Escuela de hackers»

Se denominan “Agricultores en Tecnología”. Son un grupo de jóvenes que se han unido para apoyar  a la comunidad de emprendedores en  las áreas tecnológicas del estado, dándoles herramientas que les permitan ser competitivos, además trabajan para  contrarrestar el divorcio que existe entre la academia y el sector empresarial.

Ellos integran la Asociación Civil  Tomato Valley,  que nació hace nueve años y  busca difundir y fomentar el uso de las nuevas tecnologías en la comunicación, emprendimiento e innovación en Sinaloa, aportando mentores y una red de conocimiento, comenta Fernando Gallardo, representante de este organismo.

Tomato Valley se encuentra en las ciudades de Mazatlán, Culiacán, Guasave, Los Mochis, Ciudad Obregón, Hermosillo y Navojoa.

Entre sus proyectos,  está trabajar con estudiantes de la Universidad de Occidente y a través de sus métodos,  obtengan experiencia trabajando en proyectos reales.

Una de las empresas que integran esta asociación, es la “Hacker School” (Escuela de Hackers),  que impulsa que los jóvenes aprendan a solucionar problemas, yendo más allá de la teoría que reciben en la educación convencional.

Fernando Gallardo, dice que contrario a lo que se ha vendido en películas y series de televisión, los hackers no son personas que hacen trampas o manipulan los medios digitales con fines ilícitos,  sino que se dedican a buscar soluciones rápidas, saliéndose de los esquemas convencionales.

Uno de los proyectos que ya realizaron en la Escuela de Hackers, es Einstein L, una plataforma digital para enseñar a leer a niños de 3 a 8 años que sufren de alguna lesión cerebral o autismo, llevando una metodología que  se hacía con cartulinas a una tablet, con resultados más rápidos y medibles.

Los miembros de la Hacker School, realizarán una segunda etapa de este programa  para enseñar a niños con autismo a que reconozcan colores, que aprendan matemáticas y otras ciencias.

La Asociación Tomato Valley, también promueve el Hackathon,  un evento anual que se realiza con la NASA y que reta a los jóvenes a resolver problemas, donde los sinaloenses han tenido resultados sobresalientes.

Beard Boy es otra empresa asociada a Tomato Valley, que actualmente trabaja con inteligencia artificial para lograr un robot que pueda trabajar en servicio al cliente,  con la capacidad de chatear como si fuera una persona y además tienen un proyecto para diseñar un software, capaz de reconocer imágenes, que tendría un sin fin de aplicaciones.

En Tomato Valley, la imaginación es la materia prima en la búsqueda de soluciones a problemas reales a través de la tecnología  y la innovación. Fernando Gallardo dice que  no creen en la necesidad de buscar financiamiento oficial para desarrollar sus proyectos,  porque esto provoca que  los emprendedores obtengan dinero antes de vender o hacer algo y que se acostumbren a obtener fondos para sobrevivir y no para crear, por eso desarrollan sus proyectos con apoyo de patrocinadores o con sus propios recursos.

Con información de Katia Rivera

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