La producción industrial y en serie de figuras que simulan ser artesanales amenazan a las que sí lo son.
Cada vez es más común ver en sitios arqueológicos de valor o en tianguis culturales piezas que son hechas industrialmente y no a mano, explica el arqueólogo del Instituto Nacional, explica el arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Joel de Jesús Aguilar Barajas.
El descaro es tal que se llegan a vender piezas en zonas de donde ni siquiera son originarias, por ejemplo, se comercializan figuras alusivas al calendario azteca en Chichen Itzá.
Además se ponen a la venta figuras que simulan ser hechas a mano, cuando no lo son.
El problema no solo es que representa un golpe a la identidad cultural, sino que quita trabajo a los verdaderos artesanos de la zona.
Una de las prácticas que más se ve actualmente, es la venta de blusas que simulan tener un bordado, cuando realmente es una realización con máquinas.
De continuar con estas estafas, los verdaderos artesanos locales dejarán de producir y se correrá el riesgo de perder para siempre una parte importante de la cultura.
Con información de Luis Gerardo Magaña
