CULIACÁN

En medio de la pandemia, Culiacán llega a su 489 aniversario

La “Perla del Humaya” conmemora su fundación como Villa de San Miguel, la cual data de 1531

Culiacán, bella tierra de ensueño, tal y como el “Negrumo” la exaltó en su canto, hoy cumple su  489 aniversario  en medio de una contingencia, con la sombra de un jueves negro, pero con el brillo que le ha hecho ganarse el distintivo de la Perla del Humaya.

Un Culiacán que ya supera este 2020 el millón de habitantes, bañado entre las aguas de sus ríos Tamazula, Humaya y Culiacán, que marcaron el trazo para que en 1531, el conquistador español Nuño Beltrán de Guzmán fundara la Villa de San Miguel, aunque existen aún discrepancias si la primera ciudad se encontraba en las márgenes del río San Lorenzo, frente a la comunidad de Navito, tal y como lo señala el historiador Francisco Padilla.

“Entonces hay polémica ahí si sería el primer pueblo aquel el primero que fundó, aunque aquel no le llamaba Villa de San Miguel de Culiacán o de Colhuacan, nada más le llamaban la Villa de Culiacán y posteriormente funda lo que sería la Villa de San Miguel, pero aquí ya le llama la Villa de San Miguel de Colhuacan, que tenía que ver con los indígenas originarios de por acá”.

Fue hasta 1823 que Culiacán logró la categoría de ciudad y desde 1873 hasta la fecha es la capital del Estado de Sinaloa. Sin embargo, el trazo que hoy conocemos de la ciudad y parte de los majestuosos edificios históricos que aún están en pie, como el Mercado Garmendia y otros más, se deben a Luis F. Molina, el llamado Arquitecto de Culiacán, según nos platica el arquitecto Martín Sandoval.

“Este arquitecto llegó en 1890 y se fue en 1911. En los poco más de 20 años que estuvo aquí, dejó una imagen de ciudad que la cambió de manera definitiva”.

Sin embargo, desde hace muchos años ha tenido que luchar contra el estigma del narcotráfico y la violencia, así como con su condición geográfica que la hace vulnerable ante los embates de la naturaleza, sobre todo por los fenómenos meteorológicos. Además, el Covid nos recordó que también hay una huella encarnada en cuanto a pandemias.

“A los pocos años de ser nombrada capital la ciudad de Culiacán, en 1832 tuvo su primera epidemia de cólera. Una epidemia que arrasó la ciudad según el viejo historiador don Antonio Nakayama”.

Sin embargo, esa pujanza y carácter de las y los culichis han convertido a su valle en un potencial generador de alimentos para todo el país y el extranjero, con granos y hortalizas de primera calidad gracias a la infraestructura hidroagrícola. Una modernidad que también nos lleva a la nostalgia de aquel Culiacán que ya no volverá más, como lo recuerda el director del IMPLAN, Alberto Medrano.

“Del Culiacán de los caballos y las carretas al Culiacán de los carros; del Culiacán de los curanderos y las parteras, al Culiacán de las clínicas y los hospitales; del Culiacán de las grandes inundaciones al Culiacán del Parque Las Riberas y los malecones”.

Este año no dio tregua para festejos en el 489 aniversario, sin embargo, nos da la oportunidad de afirmar lo que presumía Enrique Sánchez Alonso “El Negrumo” en su pregón: “es mi orgullo ser de Culiacán”.

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