Las famosas fake news son contenidos pseudoperiodísticos difundidos principalmente a través de internet y redes sociales; incluso la radio, televisión y prensa escrita también pueden ser susceptibles a publicarlas.
Estas noticias falsas tienen el propósito de la desinformación, como una herramienta perversa que busca deliberadamente engañar a los ciudadanos con diferentes fines políticos, sociales y, desde luego, económicos.
Desde 2017, y durante las campañas de 2018 en México, las benditas redes sociales fueron invadidas por las malditas fake news con el fin de manipular, desprestigiar y mentir.
La ignorancia y falta de información entre los usuarios de internet y la ciudadanía en general son la clave para que las fake news se vuelvan virales y logren su objetivo de engañarnos.
Desafortunadamente no son pocos los ciudadanos que asumen que estas publicaciones son información fidedigna.
Es evidente que cientos o miles de personas en las redes sociales comparten y defienden estas fake news, siendo víctimas de la misma espiral de desinformación, convirtiéndose, sin saberlo, en parte de estas cadenas de mentiras.
Esta promiscuidad de la desinformación ha proliferado tanto, que se usa para desprestigiar a políticos, empresarios o cualquier figura pública, y también impulsa campañas publicitarias sobre productos o servicios falsos que nos venden de forma dolosa a favor de sus intereses políticos y económicos, a costa de la ignorancia del pueblo.
Las fake news no solo representan una amenaza contra los medios de comunicación serios o los periodistas profesionales; su veneno tiene un alcance mucho mayor, ya que atentan directamente contra nuestra sociedad tergiversando el sano juicio de los ciudadanos de a pie, que son finalmente quienes padecen las consecuencias de que estas campañas negras.
Estas cobardes campañas que pueden manipular publicaciones con millones de bots o incluso contact centers donde se contrata a cientos de personas para estar en constante multiplicación de estas mentiras.
Hoy debemos ser conscientes del enorme daño moral que esto puede causarle a una empresa, a una familia o a un país como México.
Te propongo y te invito a que, antes de atacar, criticar, debatir o incluso compartir una publicación, comprobemos antes que esa información se originó en una fuente fidedigna; ya que de otra manera tú podrías pasar de ser víctima de la desinformación, a convertirte en cómplice ignorante de intereses dolosos que atenten contra toda nuestra sociedad.
Es parte de nuestro deber como ciudadanos responsables a favor de la verdad, en contra de la ignorancia y la perversidad.