EL CAMPO

Empaque hortícola incumple promesas y deja a la deriva a cien empleados

La historia sobre el incumplimiento de compromisos por parte de las empresas  hortícolas se repite. En esta ocasión se trata de la empresa Ceuta,  la cual se ubica en el municipio de Elota.

De acuerdo al señor Homero García Garza, originario del municipio de Guadalupe, en Nuevo León, indicó que  esta empresa dedicada al empaque de tomate y pepino les hizo una mala jugada, pues tanto a él como a otros cincuenta empleados los despidieron de la noche a la mañana sin ningún argumento. Anteriormente, dijo, otro grupo de trabajadores también habían sido recortados y dejados al a deriva en la entrada sur de Culiacán.

El supuesto contrato que se les prometió a estos hombres y mujeres era por un periodo de seis meses, sin embargo, este apenas llegó a un mes.

“Nomás nos desemplearon de la noche a la mañana, nomás nos dijeron que desocupáramos los campamentos, se acabó el trabajo y nos iban a pagar en tarjeta, y hasta ahorita no nos han pagado; nos ofrecieron hospedaje, nos ofrecieron buen trabajo para seis meses y sólo llevábamos un mes”.

Con desesperación por no saber a quién recurrir para conseguir el apoyo para regresar a su hogar tanto él como su esposa y tres hijos, el hombre reveló que lejos de recibir ayuda por parte de las instancias que visitaron entre ellas el DIF de Culiacán, sólo obtuvieron ‘portazos en la cara’ y una caja con seis sobres de leche en polvo para alimentar a sus pequeños.

Homero García añadió que en el tiempo que trabajaron para la empresa Ceuta, lo hicieron bajo pésimas condiciones, debido a que  los mantuvieron en cuarterías y sin los servicios básicos.

En cuanto a los horarios de trabajo, estos tenían que cumplir jornadas que van desde las 9:00 de la mañana a las 12:00 de noche. Con derecho a sólo dos horas para comer al día.

“Las condiciones eran pésimas, todos se bañaban en un solo baño, no tenían ni puertas; las camas son de lona, sin colchón ni nada; la comida era por medio de crédito, era una tienda en la que comprabas y el fin de semana pagabas”.

Luego de estar dos días a la deriva en Culiacán, esta familia originaria de Guadalupe, en Nuevo León, consiguieron el apoyo de Caritas y de una dependencia de gobierno del estado.

Ante esta experiencia, esta familia aseguró que no volverían a pisar tierras sinaloenses.

Cristina Medina

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