CULIACÁN

El pan… de cada día  

Los hay rellenos de cajeta, queso crema, piloncillo y calabaza, y los de estilo tradicional. Todos son deliciosos, incluso cuando son acompañados de una humeante taza de café o chocolate, o porque no, con el refresco de preferencia. Así es el Pan de Mujer de Bacurimi, tan único que hasta ha rebasado fronteras.

Para algunos la producción de pan podría resultar un trabajo sencillo, sin embargo, para Rodrigo Vega Ríos, panadero de oficio e ingeniero bioquímico por profesión, la elaboración en nada ha sido una tarea sencilla, pues han tenido que sortear dificultades y la competencia.

Este hombre  de 41 años edad cuenta que, lo que iniciaron junto con su madre hace 12 años con apenas unos pequeños hornos de piedra, les ha ayudado a sortear las crisis y definir un estilo de vida, tan así, que hasta los días de descanso son destinados para hacer pan.

“Sí es un trabajo pesado, a veces me imagino que han de decir que es un trabajo fácil, pero no; hay que madrugar, hay que hacer bastante trabajo, desde la limpieza de charolas, limpiar mesas, preparar todo para hacer la producción, y soportar el calor”.

Para sacar a tiempo el pan, y que este llegue a los diferentes puntos de venta, Rodrigo y su equipo de 14 personas deben de levantarse entre las 3:00 y 4:00 de la mañana. Mientras todos duermen, este equipo se dispone a preparar la masa y diseñar cada pieza de pan, así como calentar los hornos. Cuando estos alcanzan la temperatura ideal, todo el trabajo se vuelca a la paciencia.  Todos esperan a que el rico olor a pan recién hecho empiece a llamar a los comensales.

A diario por las manos de este grupo de trabajadores pasan 120 kilos de harina preparados con los que llegan a producir alrededor de 2 mil piezas, algunas rellenas de queso crema, cajeta, piloncillo y calabaza.

El hoy empresario reconoce que hace 12 años jamás pasó por su cabeza convertirse en panadero y dejar de lado el trabajo que hacía en el que llama su “tallercito”.

“En realidad nunca lo pensé, fue algo espontáneo, la misma gente con su demanda no fue exigiendo; es algo que te tiene que gustar, primero que nada,  y que desde que empecé con este oficio estoy muy contento, he trabajado muy a gusto. A veces se siente uno bien orgulloso, más cuando ves a alguien comiéndose un pan”.

Rodrigo cuenta que es durante la temporada de lluvias cuando la gente busca más el pan, desde las conchas, las empanadas, galletas y el tradicional pan de mujer. Incluso, hay quienes dejan de lado la dieta para darse el gusto con esta pieza del “buen comer”.
“Ahorita que está nublado y que ha estado lloviendo gracias Dios se ha estado vendiendo muy bien se antoja pues, y luego están de vacaciones; decimos la dieta la dejamos a un lado, además es algo de la canasta básica, es un platillo del buen comer”.

Tome en cuenta y recuerde que tanto Rodrigo como su equipo de trabajo están listos para ofrecerle una rica pieza de pan para que acompañe su café o la bebida que más se le antoje.

Cristina Medina

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