El hambre cala en la sierra
Modestia, a sus 19 años, es madre de tres varones, mismos que ha parido en su casa, sin indicaciones médicas, al igual que su esposo Juan Olguín, nunca han recibido orientación de planificación familiar, y pese a que se construyó un dispensario médico en Cuita-boca, de nada les sirvió porque no se asignó personal.
Sin trabajo
La familia proveniente de Las Lajitas ha emprendido una lucha junto a su hijo Carlos, de 5 años; Daniel, de casi 4, y Adrián de 2 años, menores que tendrán la misma suerte que sus padres si las condiciones no cambian en las comunidades serranas.
Juan toda su vida se ha dedicado a la siembra en el monte para proveer alimentos a la chocita de pal-ma, utilizando técnicas rústicas; labra la tierra jalando el arado caminando.
La pareja de cortas palabras quiere que los proyectos productivos aterricen en las marginadas tierras de la sierra, donde las necesidades son de hambre, agua, vivienda y atención médica.
Son nulas las oportunidades de ganarse la vida, pero saben de trabajo rudo, el simple hecho de llevarse una tortilla de maíz a la boca les cuesta meses de sacrificio, de esperar las primeras lluvias, paciencia para ver crecer la milpa. Ahora piden que el gobierno atienda sus demandas, las cuales tiene la obligación de dar respuestas.
Con información de: Julissa Felix / Debate.com.mx