El culiacanense y su espíritu
CULIACÁN.- El pasado martes 29 de septiembre de 2020 nuestra ciudad cumplió 489 años de haber sido fundada.
Y como no reconocer al culiacanense y festejar su cultura y modo de ser que aporta ricos valores al sinaloense y al mexicano.
Les comparto algunos testimonios personales:
Hace 50 años llegué a trabajar al Instituto Chapultepec y el primer domingo que pasé aquí con mi mamá y mi hermana, que en aquél tiempo eran mi familia directa, mi mamá se intoxicó con unos camarones y se puso muy mal. Yo no conocía a nadie ni sabía que hacer. Le llamé por teléfono al director del ICH prof. Jorge Pérez Valera y en poco tiempo llegó con el dr. Humberto Mena quien consultó a mi mamá, indicó el tratamiento, me acompañó a la farmacia, la inyectó y estuvo con nosotros varias horas hasta que el vómito se contuvo y se estabilizó mi mamá.
Al retirarse le pregunté por sus honorarios y no me quiso cobrar, me dijo me doy por bien pagado con que su mamá se alivie y mañana infórmeme como sigue.
A la mañana siguiente empezábamos clases y unos padres de familia pasaron por mi para llevarme al ICH. Detalle que no esperaba.
Y así ha sido con todos los médicos hasta el día de hoy en que una de mis hijas contrajo el coronavirus y con ella nos contagiamos todos y el dr. Ricardo Chaín nos atendió con oportunidad y eficiencia.
Durante 50 años los doctores Acosta fueron los pediatras de la familia y así…con una gran calidad humana y profesional.
El espíritu de servicio, de solidaridad, de alegría y hospitalidad están siempre presentes en la cultura culiacanense.
Podría contar un sinfín de historias más, solo quiero compartir otra que he recordado toda mi vida y que me enseñó un sencillo y sabio padre de familia, hombre de campo cuando platicábamos sobre la educación de los hijos y me dijo, mira Alfredo con los hijos tenemos que ser:
1.- Generosos en la siembra
2.- Cuidadosos en el cultivo
3.- Desprendidos en la cosecha
Así es la riqueza de la cultura de los culiacanenses.