Discapacidad y el shock emocional para los padres y para la familia
La llegada de un nuevo miembro a la familia viene cargado de sueños y de muchas expectativas y el darse cuenta o recibir la noticia de que este nuevo miembro tiene discapacidad representa un fuerte shock emocional, un alto grado de frustración, de culpa, de enojo. O qué decir cuando por causa de alguna enfermedad, medicamento mal administrado o accidente un miembro de la familia se convierte en una persona con discapacidad… quizá el shock emocional sean aun mayor puesto que hubo un antes y un después. En ambos casos se producirá una profunda convulsión no solo en los padres, sino en toda la familia.
A partir de entonces la vida familiar se tendrá que ajustar a una realidad nunca esperada, habrá cambios de actividades, limitación de otras, en algunos casos se deberán hacer adecuaciones físicas a la casa y con todo esto un proceso de adaptación de la familia a dichos cambios.
Imaginemos el caso de una persona que requiera el uso de silla de ruedas y apoyo permanente para poder atender a sus necesidades fisiológicas, no será lo mismo con un niño que con un adulto, ¿qué implica esto para quien apoya y para quien requiere el apoyo? Un ejemplo sencillo de esto se puede ver en la película francesa “Amigos” (Intouchables).
O el caso de una persona con ceguera que requerirá de apoyos específicos para volverse autosuficiente y que por ello será necesario que uno de los padres, regularmente la madre, dedique una buena parte del día a atender y acompañar a su hijo. Esto es realmente loable, ¿pero qué pasa con la relación con sus otros hijos, con su esposo? ¿cómo resienten esto mismo los hijos y el esposo?
En general, las principales preocupaciones serán la atención médica, terapéutica y si es posible la atención educativa en una escuela regular o centro especial… ¿y el aspecto emocional que?
La mayoría de las ocasiones se atiende el ámbito emocional cuando uno de los hijos (hermanos) está manifestando problemas en la casa o en la escuela o cuando la pareja está enfrentando serios problemas que los acercan a la separación. En ambos casos, puede ser una manifestación del impacto psicológico que esta circunstancia ha generado y que no fue atendida en su momento.
Y es que esto se observa muy comúnmente, puesto que la mayor parte de la energía familiar está enfocada a la persona con discapacidad, pero la familia completa, requiere de un acompañamiento profesional para vivir cada una de las etapas que habrán de atravesar juntos.
Por ello, quiero recomendar a las familias que busquen una ayuda profesional, que se acerquen a las instituciones que ofrecen atención psicoterapéutica integral. Existen instituciones públicas como el CREE-DIF, y los centros DIF en general, que ofrecen atención psicológica. Algunas asociaciones de personas con discapacidad también cuentan con este servicio: Estrella Guía, APAC, Asociación Sinaloense de Autismo, entre otras. Pero también pueden buscar alguna clínica o profesional de la psicoterapia, creo que lo más importante es que como en todos los casos, se sientan cómodos con el tipo de trabajo y el servicio que estén recibiendo.
El desarrollo y la autonomía de las personas con discapacidad se logran principalmente con el apoyo de la familia, pero la familia también requiere un apoyo profesional para afrontar los constantes retos en una sociedad que apenas da sus primeros pasos hacia la cultura de inclusión.
La salud emocional es también un derecho y una necesidad que atender. Recuerde que todos necesitamos algún tipo de ayuda y que en familias con o sin discapacidad… diversidad somos todos.