Del caos al orden con el colaborador familiar
La diferencia radica en el ejemplo y en la normatividad que tengas para los colaboradores, sean familiares o no
Lo típico es, que algún familiar esté dentro de la empresa, sobre todo cuando se inicia, porque son los que te ayudan, te entienden, te apoyan, o tal vez, porque sea tu manera de darles una ocupación y tengan un ingreso, también aplica que pienses que son los que más cuidan a tu empresa, que no serían capaces de robarte o siempre te dirán la verdad para que la empresa subsista, y en algunos casos, porque es la segunda, o la tercera generación y es la herencia que les dejarás, confiando que harán lo mejor, por todo el esfuerzo que ha significado el edificar tu empresa.
Eso aplica para todos los tamaños, la diferencia radica en el ejemplo y en la normatividad que tengas para los colaboradores, sean familiares o no.
Se da hasta en las mejores empresas, que el familiar llegue tarde, se le disculpe la baja productividad, se le pague más de lo que su perfil y experiencia valen, pida muchos permisos, se le inventen puestos para meterlo a la empresa, haga escenas donde demuestre una nula inteligencia emocional, esquive los protocolos y no se le apliquen las sanciones, ande siempre husmeando en el trabajo de otros, para ir con el asunto a su familiar superior, convirtiéndose en el generador de conflictos y no de soluciones, estorbando a los que realmente quieren trabajar. Esas y muchas cosas más suceden con los familiares poco productivos en las empresas, que poco a poco van haciendo decaer la autoridad de su familiar superior, que puede ser el dueño de la empresa, o un directivo de alto rango, ocasionando que el clima laboral sea poco agradable.
No todos los familiares en las empresas son así, hay algunos que son disciplinados, con compromiso, entrenados por una sucesión familiar en la que tienen que aprender desde lo más básico para comprender la esencia de la empresa, y aunque tendrán un puesto de relevancia en la organización se enfocan en entrenarse, capacitarse y sobre todo en entender la filosofía de la misma, aplicando con el ejemplo sus funciones y tienen la visión de hacer crecer el negocio, de innovar, implementar, escuchar, ejercer liderazgo por el compromiso que tienen con la empresa familiar, por ser parte de su herencia y su legado, o por agradecimiento y lealtad de ser parte de la misma.
¿Cómo lograr lo anterior? Algunas recomendaciones son las siguientes:
– Definir e implementar una filosofía organizacional en la que todos la cumplan, porque es la esencia de la empresa, si no te riges en tu actuación con los valores que dices tener como empresa, simplemente será una filosofía de adorno.
– Comprender que cada empresa es diferente, ya sean del mismo giro, sector, tamaño, entre otros factores, porque no tienen los mismos colaboradores, objetivos, filosofía y estrategias, la sangre que fluye por las venas de las empresas son las innovaciones, actuaciones y resultados de sus colaboradores, lo que las vuelve únicas, y si un colaborador no fluye como debería, solo intoxica, no aporta.
– Evitar las excusas de “somos una empresa familiar, por eso nos pasa eso”, hay empresas familiares que tienen bien definida su normativa y la cumplen cabalmente, por lo que ser familiar debe ser benéfico, no un problema.
– Claridad en los perfiles y actividades de los puestos, el ser familia, compadre, amigo, no hace la diferencia entre lo que se tiene que lograr de acuerdo al plan estratégico.