A través del tiempo en sus casi 500 años de existencia, la ciudad de Culiacán logró una imagen única, armónica, con una arquitectura que le dio distinción con edificaciones muy trascendentes ubicadas en el actual Centro Histórico, dice el historiador Gilberto López Alanís, que lamenta la pérdida casi total de este patrimonio.
El director del Archivo Histórico del Estado, compara los cambios que ha sufrido Culiacán con lo que le ocurre a una mujer hermosa.
“Es una ciudad que ha gozado y sufrido las vicisitudes de una mujer atractiva, lo hemos querido mucho pero también lo hemos agredido mucho como ciudad”, expresó.
La modernidad y el crecimiento económico generado por la construcción de las presas en la década de los 40, prácticamente transformaron de una manera agresiva la ciudad; se destruyeron edificios históricos para dar lugar a comercios y más recientemente para estacionamientos, todo esto, porque no hubo un proyecto de conservación de la ciudad.
“El boom de las presas metió a Culiacán en una modernidad y todo el Centro Histórico se usó para el comercio, había que abrir locales comerciales, había que poner agencias de carros, bancos, almacenes, talleres, todo eso se fue abriendo, ¿pero dónde se abría? en las edificaciones, fueron tumbando las edificaciones y además no hubo un proyecto de conservación de la ciudad.
El historiador comentó que lamentablemente se han perdido muchas de las edificaciones históricas que tenía Culiacán y ya queda muy poco de ese Culiacán maravilloso, principalmente por desconocimiento y falta de interés de los ciudadanos y de las propias autoridades.
Katia Rivera
