ROMA, Italia. (OEM-Informex).- La Unión Europea está cada vez más desunida. Lo demuestran, además de la salida de Inglaterra, los continuos contrastes hacia la política de la dirigencia de la UE, con sede en Bruselas, por parte de poblaciones de países como Holanda y Austria por ejemplo, y en particular de naciones del Este europeo, como Eslovaquia, Polonia, República Checa y en particular de Hungría. Como si no fuera suficiente, se registran ahora las significativas y fuertes críticas por parte de Italia, uno de los fundadores de la UE.
El Gobierno de Roma, encabezado por Matteo Renzi, polemiza desde hace tiempo con la Comisión de la UE, acusándola de aplicar reglas que tienden sobre todo a la austeridad y a la rigidez financiera de sus miembros y menos a la flexibilidad económica y a los valores humanos que inspiraron su nacimiento, impidiendo por lo tanto al incremento del desarrollo económico y social.
Respondiendo a una carta con la cual Bruselas pidió a Roma aclaraciones sobre el mayor déficit ya programado para 2017 respecto a los compromisos asumidos precedentemente con la UE, el gobierno italiano subrayó que la superación de los parámetros, a los cuales deben atenerse las economías de los países miembros de la UE, es causa de los mayores gastos por efecto de los sismos que han afectado al centro de Italia en los últimos dos meses y de la creciente oleada de migrantes que siguen llegando a sus costas procedentes de África.
En este campo, Italia recordó que ha salvado a casi medio millón de migrantes en el mar, cumpliendo con sus obligaciones humanitarias, pero que este esfuerzo ha requerido y requiere un sensible incremento del gasto público. Y lo mismo se puede decir después a de los dos sismos que el 24 de agosto y el 26 de octubre devastaron numerosas localidades, con un total de cerca de 10 mil damnificados.
Estos mayores gastos superaran “irremediablemente” los límites del presupuesto financiero de Italia para 2017 y obligaran a un desembolso “extraordinario” de alrededor de 9 mil millones de “euros”.
El ejecutivo de Roma, en el contexto de su fuerte crítica a la línea política de Bruselas, ha recordado que “cada año Italia da 20 mil millones de ‘euros’ a la UE y recupera solo 12 mil millones” y es más, amenaza con poner el veto contra cualquier presupuesto de la Comisión Europea para el próximo año “que no contemple los mismos gravámenes y las mismas ventajas para sus miembros”, como afirmó Renzi.
El Gobierno italiano no lo dice, pero de hecho pide a la Comisión Europea que ayude a Roma con ulteriores recursos económicos, para afrontar las emergencias de los migrantes y los sismos, en vez de mantener la rígida política de austeridad y exigir, también en situaciones como esta el respeto de los presupuestos.
“Quiero ver ahora si en Bruselas siguen volteándose del otro lado después del nuevo sismo”, registrado el miércoles pasado, subrayó Renzi.
En el ámbito de este contencioso se introdujo el Gobierno de Hungría encabezado por Viktor Orban, que ha construido un muro en la frontera con Serbia para impedir el ingreso de emigrantes. “Es intolerable considerar a Hungría un país no solidario acerca de la cuestión de los migrantes, porque mi Gobierno gasta mucho en la defensa de sus fronteras externas a la Unión Europea”, afirmó Orban polemizando con Roma.
Agregó que “Italia tiene dificultades económicas con un déficit que aumenta, mientras que siguen llegando masas de migrantes, provocando gastos ingentes. Por lo tanto, Renzi tiene todos los motivos para estar nervioso”. Poco antes, el canciller del Gobierno de Budapest, Peter Szijarto, había acusado a Italia de no respetar las reglas sobre los migrantes.
Las palabras del primer ministro húngaro provocaron irritación en Roma. Después de que el ministro de relaciones exteriores, Paolo Gentiloni, invitó a Hungría a “no dar lecciones a Italia”, el jefe del ejecutivo Matteo Renzi desmintió que el déficit esté aumentando y que cunda el nerviosismo en su gabinete. Y reiteró también al Gobierno húngaro que Italia está dispuesta a poner el veto contra el presupuesto de la UE si no habrá una justa y compartida división “de gravámenes y beneficios” entre sus miembros.
Es decir, si países como Hungría y Eslovaquia, por ejemplo, no acogerán a los migrantes como lo prevén los acuerdos de la UE.
Con información de www.elsoldemexico.com.mx
