Aprovechan reuniones familiares para interrogar a los más jóvenes
Si bien, las reuniones familiares son para ver a aquellos miembros que casi no se frecuentan por cuestión de tiempos, distancia y ocupaciones, en ocasiones los convivios se prestan para comparar, interrogar y hasta juzgarse entre sí, motivo por el que los adolescentes y jóvenes deciden no asistir o poner mil y un excusas para evitar la convivencia.
Preguntas como: ¿Ya conseguiste empleo?, ¿Cuánto ganas?, ¿Y el novio?, ¿Cuándo te irás de casa de tus padres? Son algunas de las más comunes a las que están expuestas cualquier integrante de la familia y que convierte aquella reunión de nostalgia y alegría en una pesadilla. El experto en el comportamiento humano, Hugo Díaz indicó que es común que sucedan este tipo de situaciones las cuales tocan las fibras sensibles de quienes son cuestionados por lo que brindo las siguientes recomendaciones:
“Las personas que le tienen miedo al qué dirán, al rechazo lo que les recomiendo es que crean en sí mismos, son capaces de lograr cualquier cosa que se propongan, si alguien ya logró sus objetivos la buena noticia es que también pueden lograrlo. Las personas te dirán que no se puede, que es difícil o que no es para ti, pero es que ‘las mentes pequeñas tienen la boca muy grande’. Rodéate de personas que te inspiren confianza, capacítate y lee y así mejorará la autoestima y la seguridad en ti mismo”.
El mensaje para quienes siempre juzgan:
“No es que la persona a quien se lo digas no pueda lograr lo que se proponga, simplemente estás hablando de tus propias limitaciones, la vida es como un boomerang, si das amor recibirás lo mismo”.
Lo importante de reencontrarse con parientes sean lejanos o no es para compartir momentos amenos, aplaudir logros y brindar la buena vibra que necesitan, la retroalimentación no siempre es positiva por lo que Hugo Díaz dijo que ir con una actitud abierta y con seguridad es el mecanismo indicado para que los malos comentarios no influyan en el estado de ánimo.