Don Antonio Aguilar, ya son 10 años de su partida, su legado ha sido intacto, permanece vivo, latente en el corazón del público que se divirtió con sus filmes y se deleitó con sus canciones a través de los discos y el cine que en estos tiempos, aún, dan cuenta de una trayectoria brillante.
Todavía se le escucha cantar aquello de Albur de amor o, más reciente, Tristes recuerdos, y la gente lo añora con admiración y cariño.
Era don Antonio, incansable. Hombre de trabajo, creativo y perseverante, que producía hasta dos películas a un tiempo o armaba sus exitosos espectáculos ecuestres con los cuales recorría la geografía nacional y ciudades del extranjero donde se le aclamaba.
A una década de su partida, Antonio Aguilar se fue, pero se le recuerdaque está vivo en la memoria colectiva del pueblo mexicano.
Con información de El Sol de México
