El tesorero municipal, José de Jesús Garza Ochoa, informó que actualmente el Ayuntamiento de Culiacán mantiene una deuda preliminar de mil 480 millones de pesos.
Detalló que la deuda de largo plazo representa el 51 por ciento del total y asciende a los 735 millones, esta es en convenio con dos bancos, Banobras con un monto de 314 millones y Banorte con un adeudo de 431 millones de pesos, deuda que no genera un mayor problema debido a que los pagos mensuales están presupuestados.
En la que corresponde al corto plazo, que es la deuda sin fuente de pago, representa un 49 por ciento del total y asciende a los 734 millones de pesos, esta se divide en 5 rubros generales, 299 millones a proveedores; 128 millones contratistas; 236 de retenciones y contribuciones no enteradas; en otras cuentas por pagar son 33 millones, y en fondos y bienes de terceros en garantía 36 millones de pesos.
“Proveedores ustedes saben en qué consiste, empresas que dieron un servicio a través de convenios, que es la deuda más alta del pasivo de corto plazo un 43 por ciento del total, los contratistas son los contratos de obras que por alguna razón no se liquidó el ejercicio y ellos representa un 18 por ciento del total de la deuda, las retenciones y contribuciones son enteros que no se hicieron por parte del municipio lo que tienen que ver con el Seguro Social, algunas empresas por servicios que el Ayuntamiento retiene y no lo entera”.
Agregó que para poder bajar a esta deuda que dejaron las pasadas administraciones se realizarán diferentes acciones entre ellas es buscar mayores ingresos a través de programas para la recuperación de cartera vencida del predial, ser más transparentes en el manejo de los recursos, así como buscar apoyos federales y estatales.
Asimismo no descartó la posibilidad de solicitar un crédito extraordinario para bajar la deuda de corto plazo, si es que lo autoriza el Cabildo de Culiacán y el Congreso del Estado, pero eso se estará valorando.
La prioridad de pago de la deuda de corto plazo es el Seguro Social, el Infonavit, la energía eléctrica y el SAT.
Liliana Rodríguez
