La flora del camellón del bulevar Emiliano Zapata se vio recientemente golpeado; se removieron árboles para plantar palmeras.
Esta acción no deja beneficio alguno, ya que un árbol aporta más a una ciudad con las condiciones climáticas de Culiacán que una palmera, declara Rosa Elena Gómez de la Torre.
Una de las 50 arboristas certificadas por la Asociación Mexicana de Arboricultura que hay en el país señala que se debieron haber dejado los árboles que aportan sombra y oxígeno, en vez de una palmera que sirve más con fines estéticos.
Las hojas de las plantas son las encargadas de procesar el CO2 que emiten automóviles y las industrias, y entre más hojas tenga una planta más oxigenación genera.
Un árbol con el suficiente follaje podría contrarrestar el dióxido de carbono que generan 100 automóviles en un día.
Una palmera cuenta con menos hojas y produce menos sombra.
La arborista hizo un llamado a la población a que tampoco poden los árboles de manera excesiva, a menos que interfiera con cableado o ponga en riesgo construcciones en caso de caídas; lo ideal es dejar que su follaje se desarrolle lo más libremente posible.
Con información de Luis Gerardo Magaña
