Las Fiestas Patrias 2017
Por Alfredo Pallares
Las celebraciones de nuestras fiestas nos invitan a tener presente en nuestras vidas a millones de personas de las generaciones que nos precedieron que dejaron lo mejor de de sí mismos para que nosotros tuviéramos un país libre.
Pero así como nuestros padres, abuelos y antepasados en general dejaron o están dejando sus vidas y sus esfuerzos, nosotros, todos y cada uno de nosotros, niños, jóvenes y adultos tenemos que participar en la tarea de continuar construyendo un mejor País. Cada quien según su edad y condición, pero todos. Este es nuestro compromiso actual.
Porque si no mantenemos el esfuerzo anterior, rompemos la continuidad necesaria y así no puede haber Patria, ya que romper los nexos entre las generaciones es aislar el pasado con el presente y este con el futuro.
La pobreza o riqueza de una nación, su felicidad o su desdicha, la solución o empeoramiento de sus problemas, depende del cumplimiento fiel y oportuno de las responsabilidades de cada uno de nosotros, de cada mexicano.
La historia nos demuestra que el valor de una nación no reside en la mayor o menor amplitud de su territorio, ni en sus muchos o pocos recursos naturales, elementos que facilitan o dificultan su progreso, pero que no lo crean.
El verdadero valor de una nación reside en su conciencia de nacionalidad que se deriva de la riqueza espiritual de sus pobladores. Tener conciencia de nacionalidad es darse cuenta que solo se actúa como miembro de una nación quien se hace algo por ella, humilde o brillante, pero con absoluta entrega. Y por eso se compromete y actúa.
De nosotros depende el avance más o menos rápido o incluso el retroceso de nuestra patria.
Ningún pueblo en la historia comenzó siendo rico, ni sus tierras producían solas por fértiles que fueran, ni sus fábricas y carreteras fueron obra del azar. Fue el trabajo conjunto, el ahorro acumulado de ese esfuerzo, el espíritu solidario, el anhelo común de lograr una vida mejor lo que ha hecho grandes a los pueblos.
Atender las dificultades y resolver los problemas que hoy nos aquejan son el compromiso que tenemos con nuestra patria y exige de nosotros la vida entera, no algunos ratos en que “sintamos ganas” de cumplir con nuestro deber.
El esfuerzo acumulado, los sacrificios constantes y la vida misma de millones de compatriotas que nos precedieron, RECLAMAN, EXIGEN DE NOSOTROS, de cada uno, la continuidad en la labor de construir un mejor México.
Que las celebraciones del inicio de la lucha que culminó con nuestra independencia, signifiquen compromisos por ser mejores ciudadanos, mejores mexicanos.