OPINIÓN

¡Adiós, 2016!

La Filosita de los Espectáculos

CDMX._ Terminamos mal, lo sé. La nada grata herencia de este 2016 se deja ver con pérdidas humanas muy lamentables en el medio artístico, no sólo mexicano sino también a nivel mundial. 

Sin contar la crisis económica por la cual atraviesa la televisora más importante del país, Televisa. Ahora la era digital nos ha dado cátedra de su poderío donde la  estupidez sucede a razón de dar paso a lo absurdo de lo absurdo como lo fue el suceso mediático: los XV de Rubí. Su impacto y el arrastre penoso de lo absurdo, nos dejó tarea para el Año Nuevo. 

Cerramos pues el año a merced de la era digital con resultados que dejan ver lo mecanizados que cada vez estamos siendo los humanos. 

En el recuento de los daños en el gremio de los espectáculos, imposible no hablar de la inesperada muerte de un grande en la música: El Divo de Juárez, Juan Gabriel; el actor mexicano Rubén Aguirre, el inolvidable Profesor Jirafales de la serie del Chavo del 8: también falleció víctima de cáncer, el actor Gonzalo Vega.

A nivel internacional nos despertábamos el 10 de enero con la noticia de la muerte del extraordinario músico David Bowie, que encabezó la larga lista de decesos a lo largo del año y a la cual se sumó el cantante estadounidense Prince y en estos días, George Michael. Leonard Cohen, Mohammed Alí, fueron figuras que se nos adelantaron y muchas otras cuya luz en el firmamento de las estrellas de los espectáculos se apagaron este año. 

Televisa dejó al descubierto que ha pasado de ser la empresa más poderosa de la televisión en México a ser una más de las televisoras que se la juega para conquistar al teleauditorio sin privilegios y canonjías a los que tenía acostumbrados a su personal.

Con el tiempo las cosas han cambiado y con ello, han quedado atrás los derroches y excesos a los que dicha televisora. 

La crisis les ha pegado tan fuerte que han tenido que recurrir al socorrido recurso de los recortes y de finiquitar las exclusividades. Ahora personal que se contrate será solo por proyecto. Los vetos han pasado a ser también cosa del pasado con el término de las exclusividades se acabaron esas reglas de la casa.

Sin duda este año marcó la diferencia no sólo para esta empresa y quienes trabajan en ella, muchas cosas han pasado en estos 364 días que, ante la proximidad del año venidero, solemos recordar como el balance de los daños y bueno, para bien o para mal, les recuerdo que eso ya es historia, pues estamos a escasas horas de que este año llegue a su fin e inicie un nuevo ciclo con esperanzadoras noticias para todos. Noticias que en verdad ansiamos sean menos estúpidas y menos escandalosas que los XV años de Rubí, resultado del poder de difusión y penetración de las redes sociales, pero sin duda más del ocio de quienes la manejamos y nos dejamos robotizar por este tipo de eventos mediáticos.

Sé que vienen tiempos como esos en los que cosas peores veremos, pero en honor a la verdad, ojalá no nos idioticemos así de fácil porque entonces, sí estaremos cada vez más perdidos que nada.

Ojalá por el bien de la humanidad mañana enterremos en el olvido la vergüenza de un año vivido entre la fantasía que da el mundo virtual en contraste con la realidad.

Espero que el nuevo año vuelva más inteligente para saber distinguir lo bueno y lo malo en todo y para todo. Por lo pronto los invito a despedir este año con la satisfacción de que lo vivimos y lo estamos cerrando con vida y en completa cordura.

Así que vengan las palmas, vivas y porras para que este 2016 se vaya con el beneplácito que insisto ¡lo vivimos! Así que ¡bye, bye… 2016, bye, bye!

Igualmente, nos despedimos de ustedes estimados lectores, con la esperanza de que nos continúen leyendo este año que está por iniciar, aquí en este humilde espacio que viernes a viernes nos trae con ustedes y que aprovechando la ocasión, deseo por lo pronto lo mejor para que la noche de Año Viejo (mañana sábado 31 de diciembre) sea para ustedes la oportunidad de reflexionar sobre lo vivido en este año y, recapitular en lo que no se pudo lograr, anhelando con fe y esperanza que el año que viene sea mejor para todos en todo.

Así que vayan de acá para con ustedes los buenos deseos, que pasen una muy feliz noche vieja con el agradecimiento de siempre por su preferencia.

Nos leemos, si Dios no dispone otra cosita, aquí el próximo viernes ya Año Nuevo, mientras tanto sean felices y Dios los bendiga y cuide por siempre…¡Corte y zas!

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