En las últimas horas del 2016, el sentimiento de culpa puede empezar a invadirnos, porque empezamos a recordar los propósitos que no cumplimos.
¿A poco no le suena conocido? Bajar unos kilitos, hacer ejercicio, leer un libro y hasta aprender a cocinar.
“Yo no he cumplido, primeramente pues tener una mejor condición y bajar un poquito de peso… El terminar un libro, empezarlo y no terminarlo siempre me pasa… Bajar de peso, porque los primeros días si te lo propones pero luego ya se te olvida… Aprender a cocinar, ahora sí es mi propósito de año nuevo”.
Las razones de no cumplir estos buenos propósitos pueden ser muchas, algunos reconocen que les ganó la flojera y no pudieron evitar los antojos, es más hasta le echan la culpa a las ingratas amistades que no les ayudan a guardar la dieta o los distraen invitándolos a las fiestas o al cine, en lugar de acompañarlos a hacer ejercicio.
Eso sí, para 2017 hay quienes están por cumplir que habían planeado por años.
“No porque ahora sí me voy a casar, pues todo el mundo cada año espera ser feliz y encontrar el amor y yo este año mi propósito es casarme y tener un muy lindo matrimonio”.
Termina un año más y si no se pudieron cumplir propósitos, se vale intentarlo otra vez, recuerde que el que persevera alcanza.
Katia Rivera
