Preocupa a Europa futuro de la OTAN
PARÍS, Francia. (OEM-Informex).- En su último día en Europa como presidente de Estados Unidos, Barack Obama y sus cinco mayores aliados del continente reafirmaron ayer en Berlín la importancia de la OTAN y advirtieron a Donald Trump sobre los peligros que puede entrañar la política aislacionista que se propone adoptar cuando llegue a la Casa Blanca.
Sin disimular la inquietud que les inspira el futuro gobierno republicano, los seis dirigentes pidieron “unánimemente” mantener las sanciones económicas contra Rusia.
En esa cumbre histórica de despedida a Obama participaron la canciller alemana Angela Merkel, la primera ministra británica Theresa May, los jefes de gobierno Matteo Renzi (Italia) y Mariano Rajoy (España), así como el presidente francés François Hollande,
Sin mencionar su nombre, los europeos temen que la llegada de Trump a la presidencia provoque un severo cambio en los equilibrios geopolíticos en momentos en que la Unión Europea (UE) estudia la conveniencia de prolongar las sanciones contra Moscú por su actuación en el Este de Ucrania. Incluso analiza la posibilidad de adoptar nuevas medidas punitivas por su apoyo al régimen sirio de Bashar al Assad.
Los líderes del bloque temen, en realidad, que Moscú pueda aprovechar el periodo previo al traspaso de poder en Estados Unidos para lanzar nuevas ofensivas tanto en Ucrania como en Siria. Desde hace dos días, precisamente, la aviación rusa reanudó los bombardeos contra Alepo.
Al respecto, exigieron “el cese inmediato” de los ataques del régimen sirio y de Rusia contra esa ciudad. “Condenamos en forma unánime las atrocidades que se cometen allí [Alepo]”, afirmó Theresa May.
El misterio que rodea las intenciones de Trump, así como las recientes designaciones de los hombres que integrarán su gabinete ministerial, agravan la inquietud de los europeos.
A pesar de las ambigüedades que mantiene sobre su política exterior, el futuro presidente fue claro cuando criticó con insistencia a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), cuyo principio está basado en la solidaridad entre miembros en caso de agresión. Con frecuencia durante la campaña electoral calificó al pacto atlántico de “obsoleto”, repitió que le costaba demasiado caro a Estados Unidos y propuso que los aliados europeos aumentaran su participación financiera, a riesgo de “tener que arreglárselas solos”.
Trump también se declaró a favor de un acercamiento con Moscú con el objetivo de “eliminar” a los islamistas radicales del Estado Islámico (EI), aunque el precio sea cerrar los ojos ante la anexión de Crimea y las intervenciones rusas en Ucrania o en Siria.
Desde Berlín, Obama y sus cinco aliados europeos insistieron en “la importancia de la cooperación dentro de las instituciones multilaterales, incluida la OTAN”.
Tal vez con la esperanza de tranquilizar a sus aliados, Obama ironizó sobre la realidad que encontrará Trump cuando ingrese a la Casa Blanca. “Se dará cuenta rápidamente de que la responsabilidad de un presidente es algo muy pesado y serio”, dijo. También expresó su esperanza de que “tendrá la voluntad de ponerse firme frente a Rusia cuando [ese país] no respete nuestros valores y las normas internacionales”.
En su despedida de los líderes europeos, rindió un afectuoso y vibrante homenaje a Angela Merkel, a quien calificó de “extraordinaria aliada”.
El día anterior, al término de una rueda de conversaciones en tête-à-tête, había dicho que “si fuera alemán […] votaría por ella”.
En Berlín, como había hecho antes en su etapa de Atenas, destacó el peligro de que se produzcan en otras grandes democracia las mismas experiencias que vivieron Gran Bretaña con el Brexit y Estados Unidos con el resultado de las elecciones del 8 de noviembre. Para que eso no se repita, dijo, “es necesario tomar en cuenta las frustraciones y miedos de los electores”.
Tras despedirse de los responsables europeos, Obama partió por la tarde con destino a Perú, donde participará en la cumbre de la Organización de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
En sus visitas a Grecia y Alemania Obama apoyó y trató de tranquilizar a sus aliados. La calidez de esos contactos y sus vibrantes declaraciones no bastaron, sin embargo, para restaurar la serenidad: una vez la Casa Blanca y con mayoría republicana en las dos cámaras del Congreso, Donald Trump podrá desechar con un gesto displicente de la mano todos los llamados a la moderación que formularon sus aliados en los últimos días.
Con información de www.elsoldemexico.com.mx