Hijos de jornaleros migrantes ganan certeza educativa
A fin de que los niños hijos de jornaleros no se vean afectados en su educación, la Secretaría de Educación Pública y Cultura firmó un acuerdo de colaboración con el estado de Guerrero, para que todos los niños, niñas y adolescentes que lleguen a los campos agrícolas puedan dar continuidad a sus estudios.
Sylvia Schmelkes del Valle, presidenta del Instituto Nacional de Evaluación de la Educación (INEE), dijo que si bien con este acuerdo se consigue avanzar en la atención a este grupo de menores en estado vulnerable, existen diversos aspectos que se tienen que atender para darles las mismas oportunidades de estudio a los hijos de familias jornaleras, pues el 85 por ciento de estos quedan fuera de las aulas.
Asimismo, dijo que se debe cambiar la visión que se tiene de este grupo social e incluirlos en los diferentes apoyos que existen, y cumplir con los términos de equidad e igualdad, así como dotar a los campos agrícolas con infraestructura educativa.
“El trabajo infantil es el peor enemigo de la escolaridad, y por lo mismo de la educación. Esa entre otras causas explica por qué solamente entre el 15 y el 17 por ciento de alrededor de 300 mil niños hijos de jornaleros agrícolas migrantes entre los 3 y los 16 años de edad asisten a la escuela. Otra causa es la falta de servicios educativos en algunos campos agrícolas y otra más es su gran movilidad”.
Con este convenio firmado entre Sinaloa y Guerrero se dará la oportunidad para que los niños, niñas y adolescentes que se movilicen entre ambos estados puedan conservar becas y sobre todo que se les reconozca el nivel de escolaridad que alcancen con la entrega de documentos oficiales. Con esto último se reducirían los niveles de deserción educativa.
En ese sentido la alumna migrante de preparatoria Rosa Lizbeth Chabela Rosas, señaló que ya es momento de que los volteen a ver y que les den las mismas oportunidades que se les da a los alumnos que están bajo el esquema regular.
Comentó que así como cualquier otro niño o joven, los hijos de jornaleros también tienen sueños y derechos a estudiar para crecer sus oportunidades.
“Si me gustaría que personas migrantes como yo tengan algún día la oportunidad de estudiar, expresarse y compartir sus experiencias. Los migrantes somos personas productivas con sueños y aspiraciones”.
Cristina Medina