“Cuando te dicen la palabra cáncer, lo que viene a la mente es: me voy a morir”

Hace tres años, Érika Bailón Durán de 29 años tenía una vida totalmente normal. Felizmente casada, madre de dos hijos de cinco y ocho años de edad, sentía que se encontraba en la mejor etapa de su vida, pero algo diferente pasaba en su cuerpo y eso le robaba el sueño y la tranquilidad. Se trataba de una masa en su seno izquierdo, hasta que decidió acudir con un ginecólogo quien le diagnosticó fibrosis. Sin embargo, a pesar del medicamento la masa en su seno no desaparecía, por el contrario comenzó a inflamar, recuerda con profunda tristeza que dejo pasar un año con el mismo tratamiento por temor a que se le detectara lo peor.

“El problema comenzó en la mama izquierda. Lo mío no era bolita, yo me detecté como una masita dura en el seno. El ginecólogo me dijo que era fibrosis, me dieron tratamiento para fibrosis, pero cuando no me gustó fue cuando el seno se me empezó a inflamar”, manifestó.

Como si hubiera sido ayer, la joven madre recuerda el momento en el que el médico oncólogo le dio la temible noticia: había salido positivo a cáncer de mama.

“Fue muy difícil con mis hijos, el más grande tiene 12 años y el más chico tiene siete. Cuando te dicen la palabra cáncer lo que se viene a tu mente es me voy a morir, ya eso fue lo más difícil. El más grande lloraba cuando me miraba a mí cuando me daban las quimioterapias, se iba a su cuarto a llorar y yo sí me sentía mal. Le pedía a él que me diera fortaleza para pasar lo que estaba pasando y que me dejara aquí con mis hijos; eso era lo que me daba mucha fortaleza, mis hijos, y por ellos estoy luchando para salir con esta enfermedad”, relató.

Después de tres años de recibir tratamiento por quimioterapia en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Érika Bailón dice ver la vida diferente, ahora se preocupa menos y disfruta cada día.

“Mi expectativa de vida cambio en ese modo, de vivir más las cosas, de preocuparme menos Si Dios me está prestando vida y salud. Ahorita sí me está dando otra oportunidad, la tengo que aprovechar”, comentó.

Para Erika Lucía, la lucha aún no ha terminado pues continúa con su tratamiento. Sin embargo, dice tener la fe en Dios para salir adelante y el apoyo de su esposo, quien ha permanecido siempre a su lado. Lo principal es decirle a todas las mujeres que dediquen unos minutos de su día a la auto exploración, ya que una detección de tiempo puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

“Yo igual a mis amigas, a mis hermanas les digo que no tengan miedo. Sí te da miedo, yo les digo si te da miedo es el temor, pero les digo que se chequen se auto exploren, el cáncer detectado a tiempo es curable el tratamiento puede ser menos agresivo, que no se dejen”.

Tan solo en Sinaloa alrededor de 360 mujeres son diagnosticadas con cáncer de mama al año y lamentablemente alrededor de 150 féminas pierden la vida por este padecimiento al haber tenido una detección tardía, así lo informó la directora de la Unidad de Especialidades Médicas de Detección y Diagnóstico de Cáncer de Mama, Lilian Cázares Rojo.

“Cuando hay un antecedente directo familiar, por ejemplo la mamá, ahí las hijas tienen que empezar diez años antes de que fue diagnosticada la madre para hacerse un estudio de detección oportuna como la mastografía. Acostumbrarnos cada mes y conocer nuestro cuerpo en condiciones normales para poder identificar, porque si nunca nos vemos nuestro cuerpo y de repente queremos auto explorarnos no vamos a saber identificar si hay coloración de la piel, cambio de textura, secreción del pezón, algún abultamiento”, indicó.

Los síntomas de cáncer de mama son los siguientes: la aparición de un bulto en las mamas o debajo del brazo, cambio del tamaño o formas de las mamas, enrojecimiento o descamación del pezón o los senos, endurecimiento o hinchazón, secreción del pezón, irritación o hundimientos en la piel y dolor en cualquier parte del busto. En caso de percibir alguno de estos síntomas, es importante acudir con un especialista, pero sobre todo realizarse la autoexploración por lo menos una vez al mes.

Susana Bastidas