SEGURIDAD

Asi fue el último adiós al comandante que fue ejecutado

Los Mochis, Sinaloa.- Se tenía contemplado que emprendieran el recorrido con el cuerpo del excomandante tercero de Charay Manuel Rodrigo Cota Valenzuela a las 10:00 horas, pero casi a las 11:00 de la mañana aún no se resignaban los familiares a que comenzara su último viaje.

Tristeza.
La calurosa mañana de ayer lunes un sentimiento de desolación se percibía en la calle que conducía al hogar donde se celebraba un velorio en el ejido Vinaterías. Desde la carretera se podían observar muchos vehículos y varias patrullas en la estrecha calle de terracería. Era evidente la escena llena de elementos de seguridad portando sus armas y sus trajes azules y negros, pues se trataba del funeral de un hombre que hasta el final de su vida trabajó para la Policía Municipal de El Fuerte. El lugar estaba lleno de gente que lo conocía; de sus vecinos, conocidos, de sus familiares, de sus amigos, entre ellos los compañeros de trabajo, quienes reunidos todos afuera de la casa donde se llevó a cabo la velación esperaban el turno para montar la guardia y despedirse del amigo, del compañero, del ser querido.

Cortejo fúnebre. Compañeros de trabajo del excomandante Manuel Rodrigo Cota Valenzuela ayudaron a subir las ofrendas florales a una patrulla.

Alertas.
Portando armas largas, encapuchados y con chalecos antibalas algunos de los policías permanecían en la calle de frente al sepelio. Todos hacían una fila buscando el refugio de la tenue sombra de los arbolitos, sin dejar de percibirse inquietos y tristes. Empuñaban sus armas como si en cualquier momento fueran a tener que utilizarlas. Otros agentes se dirigían al interior del patio para montar guardia al lado del féretro. Hombres y mujeres de Seguridad Pública no dejaron pasar la única oportunidad de despedirse de quien fuera su compañero, jefe o amigo y tomaron la iniciativa al acercarse con paso decidido a acompañar los restos para brindar solidaridad a la familia en el difícil momento y honrar al policía.

Dolor.
Familiares y amigos cercanos del excomandante Cota permanecían muy cerca del ataúd. Estaban bajo la carpa azul rodeados de muchas personas, todos vestidos de civil. Los uniformados entraban y salían. Reclamos a grito abierto junto al ataúd de parte de sus familiares y el llanto desconsolado de las mujeres, que no se despegaban de él provocaba un contagioso nudo en la garganta en los que estaban un poco más alejados. Los hombres al ver la escena se pasaban las manos por los ojos para secarse las lágrimas. Se quitaban el sombrero y se secaban la cara con la manga de la camisa.

Devastados. Familiares avanzan desolados acompañando la patrulla que llevó los restos a dar un último recorrido por la sindicatura de Mochicahui y la iglesia.

Ultimo recorrido.
A las 11:08 de la mañana tomaron el ataúd y lo subieron a una de las patrullas. La gente que lo conoció caminó atrás de la patrulla que lo llevaba para decirle adiós. Lentamente avanzaban los vehículos como señal de respeto. Finalmente fue presentado en la sindicatura de Mochicahui, ya que ahí laboró. Después se le ofició un acto religioso para llevarlo al lugar donde descansará finalmente.

Escolta. Un convoy de patrullas de la Policía Municipal de El Fuerte acompañó el ataúd que fue subido a una de las unidades como parte de la honrosa despedida.

Con información de www.debate.com.mx

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