Así fue: expolicía asesina a mujer y luego se suicida
Los Mochis, Sinaloa.- Había tomado la decisión de separarse y estar con sus familiares para tener una mejor vida, pero una discusión le cortó sus planes y con ello la vida. Una mujer fue asesinada de un balazo por su pareja cuando estaba en el interior de un domicilio en el ejido Flores Magón, ayer al mediodía. La fémina prácticamente falleció al instante.
La víctima fue identificada por las autoridades como Lizbeth Reyes, de 35 años. Mientras que el responsable, según las primeras investigaciones, fue un expolicía municipal identificado como Rosario Portillo con quien ya tenía problemas. El lamentable hecho causó conmoción entre los habitantes del ejido.
Confusión.
De acuerdo a los datos recabados en el lugar de los hechos, ayer a las 14:15 horas, los vecinos que viven a un costado de la Escuela Primaria Rural Federal Tres de Abril, habían escuchado detonaciones de arma de fuego.
Rápidamente salieron a la calle y observaron que un vehículo Camry Toyota de color negro estaba atravesado cerca de un domicilio. Enseguida se dieron cuenta que dentro del inmueble estaban lesionados por arma de fuego Lizbeth y Rosario. Todo era confusión.
Los vecinos marcaron al servicio de emergencia 066 para reportar lo que había sucedido.
Una ambulancia de socorristas de la Cruz Roja recibió las indicaciones para que atendiera el llamado de auxilio y se trasladaron al domicilio a un costado del plantel educativo. Ahí ya eran esperados por los habitantes, quienes todavía no entendían qué había pasado.
Los socorristas hicieron sus esfuerzos y revisaron a la pareja para tratar de brindarles atención médica. Ya no tenían signos vitales; ambos estaban muertos. En ese instante empezaron a llegar varias patrullas de agentes municipales porque tenían el reporte de que supuestamente habían sido agredidos a balazos. Los socorristas les comunicaron que el hombre y la mujer estaban sin vida. Las cintas de seguridad que colocaron los agentes preventivos para resguardar la zona fueron insuficientes y poco a poco iban llegando familiares tanto de la mujer como del hombre, quienes se metían; sólo querían saber si estaban con vida, querían verlos.
Discusión y crimen.
Los municipales recabaron datos y ahí les confirmaron que se trató de un pleito de pareja. Rosario Portillo llegó a bordo del automóvil, se bajó y lo dejó mal estacionado. Enseguida se dirigió a la vivienda donde estaba Lizbeth, hubo reclamos y poco a poco las cosas se salieron de control. El marido sacó una pistola y, cegado por el coraje, supuestamente le disparó a la cabeza. La mujer cayó gravemente lesionada y murió. Al ver lo que había hecho, él tomó el arma, la sostuvo y se disparó en la cabeza. El personal investigador de la Procuraduría General de Justicia del Estado llegó a la casa para realizar el trabajo pericial y retirar los cuerpos.